XXXVIII

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No sé a quien se le ocurrió la idea de poner nombres en las botellas de coca-cola.

Admito que quería una con mi nombre, jamás la encontré.

Esa tarde compré una, no lo había notado, pero tu nombre estaba en esa botella.

Perfecto, justo cuando ya no te recordaba, Jake.

Querido Jake:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora