EL CUARTO IMPERIO

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Un sol radiante,
un cielo amable,
una tierra sublime,
una raza de sangre alegre,
una montaña que toca las nubes,
un lago que esparce la vida,
una aldea cerca del cielo,
una larga historia que recorrer...
una sombra de la historia por contar.

Desde la época del surgimiento se ha hablado sobre los legendarios hombres que representan en vida a las aguas que brotan desde las entrañas del lago Kawsari; en aquellos tiempos, cuando la vida surgió juntamente con lo inerte, amaneció Unay cargado de una vara de tres metros sobre la faz de las aguas temblorosas, junto a él, Apachi; quien era su hermana, lo sostenía de un hombro suyo.

Antes de aquel gran surgimiento los mukis habían vencido en una batalla a los Wakras, estos últimos tuvieron que marcharse a rumbo desconocido después de ser derrotados. Sin embargo, cuando Unay y Apachi aparecieron, los mukis entendieron que se había terminado la época de vivir bajo la sombra del sol, cargando en su lomo y en sus animales de carga todas las piedras preciosas de todo color y todo tamaño se marcharon a las montañas más silenciosas sumergiéndose a pico y pala para forjar la vida en el centro de la tierra.

Antes de despedirse, Liko; el líder de los mukis, bañó de oro y diamante la vara que traía Unay.

- Hombre, esta vara es el símbolo del poder, a quien lo pertenece; las rocas, las aguas, las tierras y todo lo que viese lo obedecerán, cuida de ella y ella cuidará de ti y de tu imperio.

Se marcharon entonces acompañado de la brisa del lago en una columna entre cantos tristes y melodías de nostalgia, Los hombres se encargarían desde ahora de las tierras y de todo lo que estaría a su alcance.

Unay ordenó a las aguas calmarse y distribuirse por los cuatro vértices de su vista con el poder de la vara que lo avalaba, además ordenó a las montañas elevarse hasta donde las nubes no lleguen; entonces el inmenso valle se elevó a gran tamaño para formar una meseta inalcanzable que parece tocar el cielo, justo en el medio de aquella meseta estaba el lago Kawsari que ocupaba 7 hectáreas dando vida a cuatro ríos hasta llegar a los vértices donde caen en forma de grandes cataratas. De la montaña más alta de aquel valle se forjó una ventana con la vista a las tierras que no se elevaron.

Es así que el valle que en inicio era sombrío y tenebroso se convirtió en un valle fructífero y embellecido por las flores y los árboles, los animales poco a poco llegaron de destinos inciertos para posarse en aquellas tierras. Aquella tierra fue llamado El valle sagrado de Phuyuni, esto quiere decir tierra encima de las nubes. Mientras que las tierras que quedaron abajo fueron llamado El valle de los perdidos o también el valle de Urinsaya, que quiere decir la tierra de abajo.

En el ombligo del lago Kawsari, Unay edificó un gran castillo de tres plantas para tres razones específicos:

En la primera planta (Kawsaywasi) se encuentra una fuente infinita de agua cristalina adornada con rubíes y esmeraldas, esto representa al surgimiento y la fuente de vida. En la segunda planta (Miraywasi), tras 21 graderías se encuentra un pergamino protegido con un cristal de diamante, en aquel pergamino están grabados las tres leyes primigenias: ama sua "no seas ladrón" ama llulla "no seas mentiroso" ama quella "no seas osioso". Estos rigen al imperio y se dice que cada hombre nace ya sabiendo a plenitud estas leyes y la consecuencia del quebrantamiento de alguno de estas significa el destierro del valle de Phuyuni hacia el valle de los perdidos de Urinsaya. Tras otras 21 graderías se encuentra la tercera planta (Wañuywasi), en medio de aquella planta se encuentra un pedestal como sostén para la vara del poder o también llamado la vara del rayo o simplemente ILLAPA, también conocido como el templo del saber.

 Tras otras 21 graderías se encuentra la tercera planta (Wañuywasi), en medio de aquella planta se encuentra un pedestal como sostén para la vara del poder o también llamado la vara del rayo o simplemente ILLAPA, también conocido como el templo de...

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La tribu de los Qocha runas estuvo gobernado por grandes hombres que mencionados su nombre dan impresión a leyendas inalcanzables, contándose a Unay hasta el año 274, tres hombres se habían encargado de liderar la vida en el valle.

Los pocos ancianos que quedan en el valle cuentan en las noches de luna aquella leyenda muy lejana y la leyenda de los animales primigenios "zorro y condor" quienes hablaron con la luna y las estrellas para luego enamorarlas.

En una pequeña alforja suelen guardar celosamente tejidos de pelo de los animales que ahora ya no andaban por ningún valle, al mirar al lejano sol y la pequeña luna suspiran por una nueva oportunidad para ver a aquellas almas que ahora solo vivían en sus recuerdos.

Fue una noche muy desolada, los pajaritos no emitían sus buenas noches y el viento arreciaba con un dolor impregnarte que llega  incluso hasta a los huesos, una noche en que las estrellas extrañaban a la luna, pero miraban atentas a aquel valle sagrado; una noche como aquellos pesares de un dolor familiar o el naufragio de un solitario viajero que anda por las cordilleras acompañados con un asno, una noche que cambiaría la historia de los hombres del lago para siempre.

Se encontraba mirando el lago desde su ventana, en una mano cogía una copa de jugo de uva y en la otra un puño nervioso, se quedó por lo menos tres horas mirando lo que ocurría afuera y cómo algunas personas estaban yendo apresurados y en silencio hacia sus chozas; su esposa se acerca lentamente para rozar sus brazos entre su espalda para dirigirse hacia su espalda, entre una tierna palabra le incita a acostarse; el,  quedándose en silencio unos segundos mas, asiente y obedece a su esposa.

al entrar a cama, su corazón palpitaba a mil por hora, un sentimiento como nunca había ocurrido se entromete en su espíritu y lo turba de tal manera que no puede siquiera parpadear, al cabo de poco tiempo su respirar se acelera y su premonición de una catástrofe se intensifica, el sudor lo consume de a poco y sus corazón parecía salirse de sus pechos.

Cuando su esposa despertó, el anciano ya había fallecido, fue un extraño ataque cardíaco, justo a la media noche, cuando el Pucuy tenía que cantar, pero está vez, no cantó y el valle se estaba quedando sin su velador.

Todo fue un revuelo desde aquella hora, en que su esposa apesadumbrada lloró amargamente, rápidamente las nubes taparon a las estrellas y de entre ellas los truenos estremecían, al poco rato la muchedumbre se amontonó en el palacio real y junto a ella se pusieron a llorar amargamente, sin importarles la lluvia, sin importarles el viento, así fue que toda la amanecida hasta que salga el sol estuvieron llorando.

Rápidamente, se inició con el protocolo de despedida del lider y la coronación del nuevo lider, no podía pasar siquiera un día sin un poseedor de la vara del poder, ya que la naturaleza se tornaría en contra de ellos.

el palacio real estaba construido con grandes bloques de toba volcánica, adornadas con bellas floras y hermosos jardines, al igual que el castillo de la vida el palacio cuenta con tres plantas, 

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