caminaba lentamente por aquellas calles japonesas, asombrándose por dentro debido a todas aquellas maravillas orientales que solo vio en fotos de instagram, revistas o el monitor de su computadora.
iba de manga larga, una mascarilla y un grueso saco negro.
se veía elegante con aquella boina, también, negra.
tenía algunos parches en sus manos, más precisamente en sus dedos.
aunque, de alguna forma se notaba que no era de ahí, definitivamente todo japonés y japonesa que lo viera quedaba analizándolo por unos leves segundos.
seguía caminando derecho sin importar qué, como si esas miradas realmente no dolieran.
a la distancia, podía ver ese cartel luminoso de colores neón, una sonrisa se formó debajo de su mascarilla y cuando estuvo en la puerta de esta, se la quitó y guardó en el bolsillo de su pesado abrigo."—i hide my tattos in shibuya—" dijo, la chica que estaba en la puerta lo miró con aquellos pequeños ojos pero con un gran delineado.
sin duda, no era una mirada como la de los demás orientales.
"—おかえり !—" una cálida sonrisa fue lo que recibió después de aquella típica palabra.
entró, se quitó su abrigo, su camisa de manga larga, quitó sus parches y vio como aquel chico con una rama de sakura tatuada en su cuello lo reconoció.
ambos sonrieron y disfrutaron lo que quedaba de la noche.
sin ocultar nada.
ni siquiera sus tatuajes.
aunque estuvieran en shibuya.en aquel lugar, todos eran libres, tan libres que hacer daño a alguien más o a ti mismo era el único límite.
recorrió lentamente aquel lugar, estrecho pero bastante acogedor.
y finalmente lo vio, sentado en un sillón que daba a un gran ventanal con un balcón que le daba unas hermosas vistas de la ciudad.—kyung...kyungsoo...— dijo, al principio su voz tembló, pues no podía creer que lo tenía justo frente a él.
—...¿jongin...?— se dio vuelta lentamente mientras decía el nombre del otro, sus ojos se abrieron enormemente. —es bueno verte por última vez, mi niño— sintió sus ojos comenzar a cristalizarse, antes de que el menor diera un paso más, se adelantó y abrió la gran ventana saliendo hacia el balcón, poniendo una pierna encima de este, dispuesto a saltar.
—¡KYUNGSOO!— gritó con desesperación, corrió hacía el y no sabe de dónde sacó las fuerzas pero jaló y abrazó fuertemente al mayor, tirándose al piso del balcón, sin soltarlo. —dios mio, kyungsoo, kyungsoo, estoy aquí, volví tal y como lo prometimos, kyungsoo por favor—
escuchó como el cuerpo que tenía agarrado empezaba a tener pequeños espasmos y un llanto silencioso salia del mismo, tomó su rostro con una de sus manos obligando a que lo mirara a la cara.
—estas drogado, kyungsoo...— suspiró y lo miró a los ojos, tratando de transmitirle seguridad.
—kai, mi kai...realmente...estás aquí— dijo como pudo, estaba demasiado débil.—ya estoy aquí, hyung—
y kyungsoo cerró sus ojos lentamente, se había quedado dormido.
racconto.
—¡hyung!— un hermoso kai de dieciséis años iba corriendo a los brazos de su amado novio, de veintidós años.
—oh, mi pequeño kai, ¿viniste a despedirte?— lo abrazó con fuerza, pues sería la última vez que lo haría en mucho tiempo.
—por supuesto, no te podré ver en fácil, tres o cuatro años...— el rostro de su pequeño ángel se había tornado triste.
—lo sé, pero, esto es por nuestro bien y es por eso que ya no podemos estar juntos— sintió como su corazón se rompía cuando dijo eso, aún más cuando vio a su pareja comenzar a llorar.
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tattos in shibuya. kaisoo
Romancejongin finalmente llega a ese lugar de shibuya con la esperanza de encontrar a ese chico que le cambió la vida. ese chico, hundido en oscuridad y dinero, no sabía que había estado esperando tanto por él. twoshot !! inspirado en la canción "chanel" d...