VIII. Combate Cercano.

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Después de pasar el rato con Sett y tomar, balbuceaban Rakan y Sett mientras Xayah sólo reía de forma tonta. El alcohol había afectado al trío vastaya.

La pareja regresó a la nave para tomar el curso al sector SAUMLAKI. Xayah quería evitar que Rakan se peleara con un borracho...o con Sett.

Horas después, llegaron a Zaun al amanecer, según marcado en el horario de la zona. Esta vez Riku y Saki permanecieron en la nave, estaban tan acurrucados y esponjados que Rakan y Xayah no querían despertarlos.

Zaun es un gran distrito suburbano ubicado en la profundidad de los cañones y valles Piltóver. La poca luz que llega allí abajo se filtra por los vapores que salen de las tuberías corroídas y se refleja a través de los vitrales de la arquitectura industrial. Zaun y Piltóver estuvieron alguna vez unidas; ahora son sociedades separadas, pero simbióticas. A pesar de existir sumida en una permanente luz crepuscular, Zaun progresa, su gente es enérgica y su cultura es rica. La riqueza de Piltóver le permitió a Zaun desarrollarse a la par; un espejo oscuro de la ciudad de arriba. Muchos de los artículos que ingresan a Piltóver encuentran la manera de entrar al mercado negro, al igual que las peligrosas investigaciones de los inventores hextech, que se topan con demasiadas restricciones en el planeta con una gran ciudad encumbrada, muchas veces son bien recibidas en Zaun. El ilimitado desarrollo de tecnologías volátiles e industrias imprudentes corrompieron y pervirtieron grandes áreas de Zaun. Cantidades de desperdicios tóxicos quedan estancados en las partes más bajas de la ciudad, pero aún allí la gente encuentra la manera de existir y prosperar.

El ambiente era lúgubre, olía a sudor, sangre y deseperanza. Se podía ver como un hombre era atacado por un enorme grupo de ratas y a los pocos minutos solo se veían los huesos con uno que otro pedazo de carne.

A Xayah le gustaba el lugar.

Caminaron entre callejones, teniendo cuidado con los charcos tóxicos que se acumulaban. Rakan pateaba una que otra rata que trataba de acercase para morderlos, le llamaba la atención de la vestimenta de los barones químicos.

—Ten cuidado con los niños de este lugar —recomendó Xayah —Ellos roban dinero o cualquier cosa de valor.

Él asintió y siguieron caminando hasta toparse con un grupo de cuatro niños. Era como si Xayah los hubiera invocado. Los pequeños se acercaron preguntando si tenían algo que darles mientras intentaban robar algo.

Rakan vió a una niña que estaba en el grupo. Era rubia, tenía dos trenzas y su ropa era carcomida. Se agachó para estar a su altura y con su magia hizo aparecer una mágica flor dorada. La niña vió la flor con mucha curiosidad asombrada. Ella nunca había visto una, era lógico, el lugar tenía edificaciones por la mano de obra del ser humano y no había magia, por lo tanto, no había flora como en Jonia.

Rakan le hizo ojos de perrito a Xayah preguntando si puede darle algunas monedas a los niños y Xayah negó.

Siguió insistiendo con sus tiernos ojos ámbar.

—Bien — dijo Xayah y les dió una bolsa con monedas a los niños.

Los pequeños tomaron la bolsa de monedas y se retiraron con alegría por los callejones.

—Debemos separarnos —dijo Xayah — Yo buscaré entre los mercaderes si tienen el artefacto, tú asegúrate de evitar algún matón.

—No hay fiesta sin pelea, miela.

—No pelees sin mí, mieli. ¿Recuerdas la ruta de escape?— Xayah se puso enfrente de él para acomodarle la capa.

—Am...¿Si?

—Tomaré eso como un no.

Xayah le arrancó una pluma turquesa y le dijo que cuando vea un destello en el cielo significa que se reunirán en el mismo lugar donde estaban ahora. Le dió un beso en la mejilla y se fue desapareciendo entre la muchedumbre que se encontraba cerca.

Un Millón de Estrellas (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora