Capítulo 61: "♫Sin tiempo♫"

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Ciertamente cuando alguien está en apuros, necesita tomar medidas desesperadas para llevar a cabo sus objetivos, así como lo había hecho Diamant en un comienzo para atraer la atención de aquella alta variedad de razas, las cuales no sabía ella misma si iban a matarla o a recompensarla por su estupidez, es por eso, que tomó con firmeza su guitarra, y dijo.

—¡Escuchen atentamente mi chacarera nya! —empezando a tocar, sus hilos mágicos hicieron acto de presencia, para así también atrapar a las salamandras, cosa que impresionó a las valkirias como al resto de sus protegidos, ya que se requería gran habilidad para poder someter a tanta cantidad de seres, aunque la gata gauchesca (por obvias razones) no logró atrapar a todos, nada más que a la mitad de esa especie. La idea de Diamant, aunque era simple, tenía que ver con adquirir algo de tiempo con la impresión que había logrado, y aunque sus nervios eran evidentes, tanto como el sudor que resbalaba ahora por su cara, debía de alguna forma convencer a esa masa de criaturas—. ¡Escúchenme nya! ¡La princesa Léa fue a purificar sus tierras y en cualquier momento va a volver nya, así que necesito que ambas especies se mantengan unidas nya, por lo menos nya, hasta que ella regrese nya! —Diamant bajó la cabeza cerrando así sus ojos con fuerza, y de esta manera, rogaba por su cooperación—. ¡Por favor nya!

Ambos bandos contrapuestos, se miraron los unos con los otros, y entonces, en un leve movimiento de cabeza, las dos razas decidieron atender al pedido de la muchacha.

—¡Nosotras las valkirias estamos a favor de la paz, y conocemos bien la misión de su alteza, por lo tanto, aceptamos unir fuerzas con ella! —aseguró la líder de esa raza.

—No estamos muy al tanto de qué puede ser lo que originó esta situación, pero si la futura reina del reino de Shion está aquí, eso significa que hay esperanzas para nosotros —mencionó el líder de la raza de fuego, y se dirigió tanto a los apresados como a los que no lo estaban—. ¡Detengan la invasión! ¡Si es verdad lo que dice esta gata, la esperanza está a la vuelta de la esquina!

Sorprendida por la forma en que había tomado un giro a la situación, la gata Persia pasó de ese estado a otro lleno de alegría, y soltó así a las salamandras que se habían apaciguado.

—¡Muchas gracias nya! —saltó en su lugar emocionada.

—Bien —asintió la líder de las valkirias y mandó la siguiente orden estirando su brazo con su mano abierta—. ¡Remuevan el escudo que se creó para proteger a la aldea, y formen otro para brindarles calor a las salamandras de fuego! —sus camaradas enseguida atinaron a llevar a cabo tal acción, dejando así todo listo para el regreso de su alteza.

Diamant había tenido suerte de que en ese pueblo se apoyara a Léa, pero aún estaba el misterio de los carteles de "se busca" que habían divisado en el lugar en el que almorzaron. Por otro lado, Zero, quien había sido apartado de su allegada por una mano de la cual sospechamos de quién se trataba, cayó sentado a los pies de alguien, y se acarició la cabeza debido al fuerte golpe.

—Parece que te está yendo muy bien —Samael nuevamente se encontraba con él en esa antigua como desgastada habitación, la cual ahora se había transformado en su lugar de reunión. El muchacho de acalorados cabellos, sonrió de alguna forma satisfecho al ver a ese zorro en el suelo.

—¿De qué se trata todo esto? —preguntó el chico desde el piso, y miró con seriedad al antes mencionado.

—Nada en especial, simplemente observaba que tan bien realizabas tu trabajo, el cual me parece bastante impecable —en esta ocasión, la sonrisa de aquel, se extendió mostrando ligeramente sus dientes, cosa que le dio una mala sensación a nuestro amigo, pero que también lo motivó a ponerse de pie.

—No estoy haciendo esto para complacerte —le hizo saber.

—Eso ya lo sé. Simplemente lo haces porque no tienes opciones, tal como dice Belfry a veces —esas palabras lograron que los bellos ojos azules de Zaid se entrecerraran, es por ello que también entre abrió sus labios para reprocharle, pero entonces... un portazo los sorprendió.

Note Max ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora