Skip Beat: Luces, cámara y... ¡Amor!

Capítulo 47

— Ren —llamó Yashiro a su representado por teléfono—, creo que tus planes no van a salir precisamente bien.

— Sí, Kijima-san se encargó de ser el primero en enviarme la noticia y está bien, de todos modos sé lo que voy a hacer —decía Ren observando la entrada de la mansión de Lory, vestido de Caín y apoyado en su moto.

— Te oigo demasiado confiado —inevitablemente soltó Yukihito con una sonrisa maliciosa—... Ya quiero ver qué pasará.

Kuon soltó una risita y colgó. Yashiro solo bajó su celular y entonces vio que la situación se ponía intensa, había mucha tensión en el camerino de Kyoko, ella trató de salir pero Mimori de un portazo se volvió a encerrar con ella. Mientras Sho gritaba y tocaba la puerta.

— ¡¿Eres una maldita loca o qué?! —Sho trataba de derrumbar la puerta— ¡Déjala salir, Pochiri psicópata!

— ¡Sho, basta! — trataba de alejarlo de ahí su representante.

— ¡Sho, solo aléjate! ¡No necesito que me defiendas! —soltó Kyoko desde adentro.

Yashiro de inmediato se puso tenso, sabía que Lory ocasionaría caos mezclando a tanta gente con historias personales entre ellos... Pero no se imaginaba que el drama podría llegar a este punto. Estuvo a punto de intervenir o intentar hacer algo, entonces vio que Lory estaba prácticamente ordenándole a todo el mundo que no se acerque e incluso se lo dejó en claro con una mirada a distancia. De pronto ya no había gritos dentro de aquella habitación y afuera incluso se cortó la respiración entre todos los presentes.

Mientras tanto, dentro del improvisado camerino que le otorgaron a Kyoko cerca al salón donde desarrollaban la filmación, Kyoko observaba con una extraña paz en su mirada a Mimori directamente a los ojos. Mimori por su parte no podía hacer más que asesinarla con la mirada, estaba por empezar a soltar todo el veneno que tenía guardado dentro desde hacía mucho tiempo. Pero primero estaba midiéndola, estaba adaptándose al contexto del silencioso caos que consumía aquella habitación.

En un principio, cuando se dio cuenta de que Shotaro y Kyoko habían tenido un acercamiento tan grande mientras Tsuruga Ren estaba desaparecido, sufrió mucho. Sufrió como nunca antes en su corta vida, pero se resignó. Iba a darse por vencida pues ya había pasado demasiado tiempo, seguiría estando ahí para Sho, pero se conformaría viéndolo feliz a lado de Kyoko. Eso era lo que pensaba hasta que se dio cuenta de las sospechosas circunstancias cuando llegaron a París. Y por supuesto, cuando confirmó todo viéndola a ella en los brazos de Tsuruga Ren en el hotel esa misma mañana, estaba segura de que no dejaría que destrocen al hombre que más amaba en el mundo. No podía concebir que la horrible mujer ante ella lo tenga tan enamorado solo para jugar con él y despreciarlo. Que lo ilusione cuando ella prepara todo para pasársela revolcándose con Tsuruga Ren en las noches. Sí, esa mañana Sho le dijo que daba asco como mujer, que era una desquiciada... Y tal vez tenía mucha razón, pero lo ama y no puede quedarse de brazos cruzados ante esa injusticia. Porque no podía ser otra cosa más que injusticia el hecho de que ella amándolo tanto no sea más que ignorada por una mujer que solo juega con sus sentimientos por diversión.

Puedes hablar ya, Mimori. Te escucho.

No entiendo cómo... Cómo puedes ser tan siniestra...

Kyoko estaba algo sorprendida por tal apelativo, sin embargo no reaccionó. Le hizo ver que esperaba que ella continuase, pero entonces notó que ella no podría. Aunque no se imaginó que iba a vomitar.