Éramos almas libres que se elegían cada día.
No nos buscamos en ningún momento, no teníamos sitio para nosotros en nuestra ajetreada vida, pero sin quererlo, nos encontramos.
Tú vivías en tu mundo de yupi, con tus cosas, tus responsabilidades, tus amigos, tu trabajo, tus novias...
Yo vivía en el mío, con mi pareja, mi trabajo, mis cosas...
Pero nos encontramos.
Yo no iba a trabajar allí, tú tampoco lo ibas a hacer y siquiera lo tenías pensando. Pero coincidimos.
Pero sin buscar nada, pero queriendo todo, nos encontramos.