Simón el niño codicioso

había una vez en una casa en donde vivía una pobre viuda con su hijo simón, él no trabajaba porque era un joven muy perezoso por eso no tenían dinero. Simón le dijo que tenía mucha hambre, la mamá lo envió a vender a su burro llamado bond. Cuando se dirigía al mercado se encontró a un anciano tan raro y el anciano al ver a  bond, él le dijo que le intercambiara a su burro por un maíz mágico. él chico no creía que eran mágico, pero sin embargo Simón se lo intercambio. el joven iba corriendo muy feliz a su casa cuando entro a casa y la mamá lo hizo muy contento. él le decía que había logrado vender a su burro y la mamá al verlo muy feliz ella también se alegró, pensando que lo había vendido por mucho dinero a lo que Simón saco  el maíz, la mamá se puso muy molesta cogió el maíz mágico y lo arrojo en el jardín y le dijo a Simón que va a estar castigado y sin cenar.  al día siguiente se asomó a su ventana y no podía creer lo que veía. Que en el el jardín de su casa estaba creciendo un tallo. esto no era una flor gigante  sino el maíz mágico.  Simón comenzó a subir y subir y subir cuando llego al final d el árbol se dio cuenta que había una casa gigante, se acercó y golpeo la puerta. Cuando de repente salió una señora gigante y Simón le dijo señora por un caso tiene un poco de comida que me regale ya que estoy muriendo de mucha hambre y la señora muy comedidamente le dijo que pasara, pero que cuando llegara su esposo él tenía que salir corriendo porque al esposo le gustaba comer seres humanos y de un momento a otro cuándo Simón decidió por fin degustar su comida el escucho una voz y era el gigante.
Simón corrió y se escondió debajo de la mesa y el gigante se sentó en el mueble y empezó a contar unas monedas cuando de repente se quedó profundamente dormido y Simón aprovecho en coger su dinero y salió corriendo deslizándose por el tallo del maíz mágico sin contar que el gigante se despertaría y lo seguiría. Simón sabía que el gigante se lo comería si lo alcanzaba. Simón empezó a cortar el tronco del maíz con ayuda de su madre, Simón se llevó un gran susto y la mamá lo reprendió y le dijo que nunca se debe de coger algo que no es de su pertenencia.
Simón comprendió que por su codicia podía llegar a morir. FIN