Día 5: Cuento de hadas

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Era hace una vez... Que Norman tenía un novio, que era un hombre lobo.

Bueno, él en realidad jamás imaginó que aquello fuera siquiera posible. Es decir, una noche le insistió en quedarse a dormir en su apartamento – que compartía con Anna –, debido a la tormenta que había afuera en ese entonces; Ray obviamente quería declinar la propuesta de su novio, pero realmente no podía hacerlo: La lluvia parecía arreciar a medida que pasaban los minutos y, ver a Norman...

Aceptó, muy a su pesar.

Y bueno, aprovechando que Anna estaba pasando la noche en casa de su novio, Nat. El albino quiso aprovechar esa para tener un momento a solas con él; Ray no estaba del todo de acuerdo, pero a medida que el beso iba tornándose apasionado, fue difícil oponer resistencia.

Claramente, esa noche de luna llena, aunque cubierta por la tormenta, Ray se transformó en un hombre lobo. Norman estaba sorprendido, mientras que Ray huía de su mirada, avergonzado de su condición.

- Así que por eso, no querías pasar conmigo la noche – habló Norman, comprendiendo todas esas veces que Ray declinaba quedarse a dormir esas noches, sobre todo, en luna llena.

- Lo siento, yo... Sé que debí decirlo antes. Pero tenía miedo – él estaba sentado en posición de flor de loto, a un lado de la cama. Avergonzado –, de que me rechazaras. Y entenderé si tú quieres... - le costaba terminar la frase, por el nudo que se le formaba en la garganta y, la tristeza que venía sobre él. Sin embargo, Norman sonrió compresivo, acercándose a él, acunando su mejilla en su mano, mirándolo con ternura.

- Ray, te amo. Te lo he dicho incontables veces, pero parece que no queda claro para ti aun – agachó las orejas, haciéndolo reír –. Aunque nunca me voy a cansar de decírtelo, y sobre todo ahora, que te amo y quiero estar junto a ti.

- Norman... – él lo abrazó, sin borrar su sonrisa. Conmoviendo al pelinegro, casi al punto de soltar lágrimas.

- Está bien, después de todo, has tenido que soportar todo esto solo, ¿no?

Ray finalmente lloró en sus brazos, esa noche.

Y ese fue el momento en donde su relación se afianzó más. Y sí, Norman lo amaba mucho.

Pero había algo que no le gustaba cuando Ray era un hombre lobo, y eso era...

- ¡Ray, deja la almohada en paz!

Cuando Ray zangoloteaba las almohadas cual canino, destrozándolas. Y esa vez, luego de tener relaciones, no era la excepción.

- Norman, ¿No has visto...? – Anna cortó su pregunta, cuando abría la puerta, observando sin palabras la escena. Un Norman desnudo, de espaldas, tratando de detener a un Ray (hombre lobo) con media almohada destrozada en su boca.

Ambos, mirándola en silencio.

Anna deseó nunca haber abierto la puerta.

- P-Puedo explicarlo.

Su mirada se alternó de Ray a Norman, y viceversa. Deseando con más fervor, jamás haber abierto la puerta.

Lo que pasó después de eso, es otra historia.  

-Traumada Taisho

Esta noche termino la Week, sí o sí. Y si no... Pos me mato :v

Zafiro y amatista  [Norman/Ray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora