Capítulo 36: unos se quedan y otros se marchan

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Jairo había salido de plató prácticamente al momento y el resto de sus pretendientas habían pedido permiso para ir a hablar con él, pero la presentadora se lo negó.

-Creo que lo mejor será que dejemos a Jairo solo para que se tranquilice y analice... esto, que yo también estoy intentando comprender.- La presentadora miró desorientada a Axel. Ella tampoco se esperaba esto.- ¿Todo lo que ha explicado Erika, es cierto, Axel?

-Sí, lo es.- El chico se removió en su trono, nervioso, mientras yo escuchaba como mi corazón se rompía un poco más. Esto estaba siendo... destructor.- Cuando yo entré en mi trono me fijé en ella al momento, pero para entonces Erika y Jairo ya llevaban tres meses conociéndose y ella parecía demasiado entregada a él. Así que no dije nada. Pero el otro día cuando coincidimos en la discoteca y empezamos a hablar, ambos entendimos que yo estaba equivocado des del principio.

-Pero si ahora Jairo y Erika llevaban casi seis meses conociéndose.- Replicó Carla, quién demostraba con intensidad su enfado.- ¿Jairo se encuentra en la recta final de su trono y ambos es cuando decidís intentar lo vuestro? Pues vaya chasco que te vas a llevar, Axel. Por qué si esta chiquilla ha estado todo este tiempo fingiendo lo que sentía por tu amigo y tú la aceptas como pretendienta como si nada, te va a fastidiar el trono. Y tú, Erika, no sé como tienes la poca vergüenza de hacerle esto primero a tu amiga.- Carla me señaló a mí y fue la primera vez que Erika y yo nos miramos directamente a los ojos.- Que se supone que os conocéis desde pequeñas, y de segundo a un chico que está no solo ilusionado, sino enamorado de ti.

Después de ese pedazo de discurso, el público aplaudió con fuerza. Todo el mundo exclamó sonidos dando a entender que apoyaban de la primera hasta la última palabra que había dicho esa pretendienta indignada. Ojala yo tuviera la misma fuerza para aplaudir, pero el golpe había sido tan inesperado y doloroso, que no sentía ni ira ni indignación como mi rival, solo desilusión y decepción. Una profunda y horrible decepción.

-A ver, Carla, cariño.- Erika se cruzó de brazos, todavía estando de pie justo en el centro de plató.- No sé si te has enterado o tus orejas de Dumbo no son lo suficientemente grandes para que hayas escuchado que por primera vez en mi vida he decidido ser egoísta y luchar por el amor.

-¡Pero qué amor y que mierdas!- Por fin Maya intervino en la conversación.- ¡Tú lo único que te has dedicado en este programa es a envenenar a todo el mundo! Jairo era un chico increíble, libre y feliz durante sus dos primeras semanas de trono, hasta que llegaste tú y lo jodiste todo. Lo absorbiste de una forma que ni siquiera reconocía a este chaval, y ahora quieres hacer lo mismo con Axel.- Y de nuevo más aplausos a favor de las acusaciones hacia Erika.

-¿Sabes qué pasa, Maya? Que me importa tan poco lo que me digas, por qué ya sabía que iba a pasar todo esto. Y no me importa. Como he dicho, quiero empezar de nuevo y demostrarle a Axel que soy una buena niña y que puedo darle lo que él busca en una mujer.

-Lo qué dices no tiene sentido.- Ahora quién empezó a hablar fue Alexa, la pretendienta de Sur América.- ¿Cómo pretendes demostrarle a Axel que eres una buena niña si estás dispuesta a traicionar a tu amiga, intentando conquistar al mismo chico?- ¡Y más aplausos! Era impresionante.

-Yo acabo de entrar y no tengo mucha idea sobre la relación que tienen ellas dos.- Escuché la voz de Lidia, calmada y sonando lo más coherente posible.- Así que mi pregunta es para Axel, ¿de verdad estás dispuesto a dejar que dos amigas luchen por ti?

-Mi cabeza y ética dicen qué no.- Empezó a decir Axel.- Pero mi corazón me pide qué sí lo haga.

-¿Eso significa qué aceptas como pretendienta a Erika?- Preguntó Melisa con la boca abierta.

El diario de una pretendientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora