Muerta
(Narra ____)
Después de mi efusivo encuentro con Jack, salí al elevador y subí a la cubierta. Allí me senté en una de las bancas y me quedé observando el mar. Hoy unos nubarrones se comenzaban a acumular en el cielo, el sol salía pero luego se ocultaba. Yo siempre había amado los días nublados y hoy no sería un día como esos.
Me puse los audífonos de mi celular, me concentré tanto en el mar que no noté cuando el tiempo pasaba. Abrí la galería de mi celular y observé las fotos que tenía. Estaba saturado de fotos con los chicos y más con Matthew, quien siempre salía haciendo caras o dándome un beso en un ojo o en la mejilla. Mis sonrisas parecían tan sinceras en ese momento, ahora yo las notaba lejanas y difíciles de volver a esbozar.
- Hola –saludó Angie, la fan, a mi lado.
- Hola –susurré.
- ¿Estás bien? –preguntó con una gran sonrisa.
- Sí –susurré lentamente, un nudo en mi garganta no me dejaba hablar con claridad.
- ¿Qué pasa? –dijo preocupada.
- Nada, ¿qué te trae por aquí? –traté de aclarar mi garganta.
- Nada en especial, solo te vi muy solita aquí y te quise saludar.
- Ah –dije, cómo hacer que se fuera, sin ser grosera y que tampoco se llevara una mala imagen de mí.
- Creo… que por algo estás solita, ¿quieres que me vaya? –preguntó, esta chica leía mis pensamientos. Una lágrima pasó por mis mejillas y ella lo notó- ____, ¿qué tienes? –preguntó asustada.
- Nada –susurré y mordí mis labios. Ella se acercó a mí y me abrazó. No me aparté de ella, pues era mujer. Comencé a llorar desesperadamente, me apreté a su blusa, ella acariciaba mi cabello.
- Tranquila… ya pasó… ya pasó… -susurraba una y otra vez. Luego de estar así por unos minutos, me separé de ella y observé hacia el mar, que ahora se encontraba un tanto oscuro por los nubarrones.
- ¿Quieres hablar de algo? –preguntó.
- En realidad, ahora sí me gustaría estar sola, por unos minutos –pedí, ella me sonrió y me dio un fuerte abrazo.
- Si necesitas algo solo dímelo –pidió y luego se fue.
Unas chispitas comenzaron a caer sobre mí, moví la camilla hacia un lugar donde no cayera el agua directamente, pero aún así, cuando las gotas caían al suelo de la cubierta me salpicaban un poco.
“Amo a mi novio, pero me da miedo decirle una terrible realidad” –envié a Lee. Sabía que él me respondería, él era el único que podría guardar mis secretos.
“¡Iris, ha pasado mucho tiempo! Si amas tanto a tu novio y él te ama, no debes de tener miedo a decirle la verdad” –recibí. Amaba tanto la canción I Found a Boy de nuevo. Sabía que él era como mi ángel, alguien en quien confiaría cuando no tuviera con quien hablar.
“¿Pero y si esa verdad no le gusta y me deja de amar como dice hacerlo?, ¿Qué tal si lo decepciono o simplemente dejo de gustarle?” –envié.
“Pues a menos que le des la sorpresa de que eres hombre, no creo que te deje de amar. Iris, no hay cosa tan grave como para que un hombre te deje de amar de un día para otro” –recibí.