Lord Amor [Harrymort]

Desayuno.

A veces Voldemort aprecia mucho la privacidad que es capaz de lograr, en especial cuando su chico está cerca.

—Mocoso...

—Vamos, por favor— Harry sonrió con suavidad mientras se subía a su regazo y colocaba una mano en su cabello levemente desordenado—. Una vez, y te prometo que no te lo pediré más esta semana.

—Tengo una junta con unos imbéciles, y aunque seas tentador, tengo que mantener mi posición.

—Por favor.

Harry movió suavemente su cadera sobre la ingle de Voldemort, logrando que él coloque sus manos en un fuerte agarre en su cintura, posiblemente que dejará una marca, pero su rostro seguía luciendo aburrido de la conversación.

—Si esta es la única forma de dejar de escuchar tu molesta voz sin tener que asesinarte...

Harry le plantó un beso con fuerza sobre sus labios y luego llamó a uno de sus elfos domésticos, que parecía extasiado de tratar con su chico. Voldemort frunció los labios con asco ante el comportamiento molesto de la criatura, pero Harry lo despidió antes de que pueda explotarlo.

—Dobby siempre está feliz conmigo— comentó el niño, acomodándose sobre la cama, a un lado de Voldemort, y colocando su cabeza sobre el hombro del mayor.

—No me interesa, en realidad.

—No lo matarás.

—Tú, de todas las personas, no me dirá qué hacer.

Harry sólo sonrió y lo besó en la mejilla, justo cuando el elfo volvía con una bandeja de desayuno con dos tazas y demasiada comida para el gusto de Voldemort.

—¿Quieres azúcar en tu café, o crees que te matará?

Voldemort le frunció el ceño, pero aún así tomó la taza que su chico le pasaba, apreciando el sabor de su café con una mirada de molestia.

El desayuno en la cama nunca fue lo suyo. No le gustaba cuando era adolescente, menos le gustaba ahora cuando tenía cosas importantes que hacer realmente.

Harry comió una tostada con una mirada satisfecha mientras recostaba su espalda contra la cabecera de la gran cama, y cuando lo miró, sus ojos esmeralda brillaban con felicidad y comodidad. Voldemort no necesitaba meterse en su mente para saber que su chico estaba muy feliz.

Eso sólo hizo que Voldemort también esté... satisfecho.