El árbol presumido
Había una vez un árbol vanidoso y presumido, todos los días se sentía superior a las demás plantas por su hermosura. El árbol vivía en el bosque, y estaba rodeado de muchas flores, plantas y demás árboles de todos los tamaños: grandes y pequeños, algunos no eran tan bellos y frondosos como él.
- ¡Que linda copa tengo, en este bosque nadie es tan bello como yo! –decía el árbol presumido a los demás árboles que estaban junto a él.
Pero toda esta belleza no hacia feliz al árbol por completo, pues en el tiempo de cosecha todos los árboles que estaban a su alrededor comenzaron a dar frutos. Mientras tanto, el árbol presumido solo resaltaba en el bosque por su belleza, pero se sentía triste porque no podía dar deliciosas frutas como los demás.
En silencio pensaba:
“Como puedo ser tan bello pero a la vez no dar frutos como todos”.
Entonces, sus hojas empezaron a secarse de la tristeza, ya sus ramas no lucían hermosas, pues el árbol ya no se sentía bien al ver a los demás arboles dando ricas manzanas, peras y cerezas que los habitantes del bosque comían encantados y a el árbol presumido no se acercaban.
Esta situación preocupo mucho al conejo sabio que vivía en el bosque, pues a pesar que el árbol siempre se había portado presumido por su belleza todos en el bosque eran amigos. Entonces se acercó a conversar con él:
Querido árbol, te he visto triste en estos días?- dijo el conejo
- ¡Si señor conejo! Veo que los demás arboles del bosque, incluso los más pequeños dan deliciosas frutas y yo no puedo dar frutos – respondió el árbol presumido
Te daré una explicación amigo árbol. – dijo el conejo
-Tu eres un árbol de Guayacán, por eso tienes el tronco fuerte y flores que hacen ver tu hermosura, tu belleza adorna el paisaje, esa es la función que cumples en este bosque, además que las personas pueden utilizar tu madera para confeccionar muebles para su uso. Cada especie en este bosque tiene una función diferente- dijo el conejo
-“Entonces así no dé frutos si soy importante en este bosque” Dijo el árbol al conejo sabio.
-Sí, pero debes comprender que no solo la belleza importa, todos aquí cumplimos una función y cada uno es importante- replico el conejo
Desde ese momento el árbol de Guayacán nunca más hizo sentir menos a los demás árboles y comprendió que sin dar frutos es importante en la naturaleza; su tristeza se convirtió en alegría y empezó a florecer para luego dejar caer una alfombra de flores amarillas que cubre el suelo del bosque para dar un bello paisaje.