46. Sentir Extraño

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Su segundo año escolar paso de manera muy corriente. Exceptuando pequeños pleitos con gente contra la manada, nada pasó que sea digno de mencionarse. Fue tranquilo, agradable y dónde la confianza de hacer ciertas cosas con Jimin subía. Contarse intimidades embarazosas, opiniones que a otros podrían hacer sacar de quicio o ganarle una bofetada, hacer alguna que otra diablura con la confianza de que no sería delatado. En fin ¿Qué tanto no hicieron ese año escolar? Tener que despedirse para pasar las vacaciones en casa resultó anticlimático y hasta odioso. Viviendo a base de cartas y vociferadores con la intención de que fuese medianamente similar.

— ¿A quién escribes tanto Taehyung? — pregunta la Sra. Kim acercándose a su hijo. Que esté alejado de la ventana o el escritorio es un milagro.

—Un amigo. —coge uno de los papeles y lleva una de sus manos a su pecho. La cera que cerraba la carta conserva su forma por la abertura rompiendo el papel.

Una serpiente enrollada en un asta de ciervo.

— ¿Con uno de los Park? ¡Ah! Que bien cariño—Repentinamente lo abraza. Taehyung considera a sus padres muy cambiantes. A veces parece que no lo ven más que carne a la venta, en otras como el queridísimo y único hijo que pudieron tener—. Sigue así, tal vez pronto podamos vernos, arreglar un compromiso y-

—Es solo un amigo. —Insiste cohibido.

— ¡Mucho mejor aún! Nada más bello que un Omega feliz al casarse—fantasea con las manos en sus mejillas—. Un Alpha que quiere es un Alpha que no hace daño... ¡Podrías tener muchos cachorros! Vivir en una gran casa, ser de ese legado ancestral... ¡Jamás pasarías hambre! ¡Tu vida tan perfecta cómo está!

Su madre a diferencia de su padre era una mujer muy pobre antiguamente. De campo y que se vendió a si misma por su madre enferma. Taehyung no pudo conocer a su abuela en cantidad, falleció cuando él tenía nueve, pero lo hizo y puede decirse que con eso está bien. Su madre sabe de vivir en pobreza y más que asustada está por la idea de que su hijo lo viva también. Dispuesto a darlo a quien sea con la condición de que jamás pase hambre o frío, desgastando sus manos y cuerpo.

Un Alpha hubiera sido mejor indudablemente, pero un Omega tampoco es malo. Una extraña manera de amar y preocuparse.

—Haré comprar más pergamino y tinta. Te daré mi pluma, esa escribe más bonito.

Muerde su labio, ahora no sabe si es tan buena idea escribir donde su madre pueda verlo.

Jimin notó el cambio de pluma y se rió de ello largamente en un vociferador. Irrelevante. Continuaron mensajeándose todo el verano hasta que finalmente llegó el retorno a Hogwarts. La Sra. Kim se esmeró en arreglarlo, dejar que se pintara el cabello como quería y usará las prendas que quisiera aún a riesgo de ser llamativo.

Ya lo es.

Su hijo es el Omega más bello de toda Inglaterra.

La luz más hermosa y brillante que nadie aspiraría jamás. Incluso los Park.

Ya en la estación de trenes pudo distinguir el cabello negro con vetas rojas al instante. Avanza rápido y antes de decir nada se queda viendo a Jimin. Detenido en su sitio con el baúl resbalando de su agarre. El Alpha sonríe ladeando la cabeza, escondiendo sus labios para que estos parezcan sonreír también.

—Esta vez si te esperé. —comenta con el baúl en mano para llevarlo.

—E-eh si si—balbucea. Jimin se hace el cabello atrás—. E-es un milagro, pero... Creciste un poco ¿No?

—Si. Al final sí funcionó hacer ejercicio—celebra entrando a la estación indicada. Taehyung va tranquilamente tras él—. Aún me faltan algunos centímetros para ser correspondiente a mi edad y casta, pero estoy bastante más cerca que antes.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora