ᴜ ɴ ɪ ᴄ ᴏ.

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Recostado sobre las sabanas blancas de la cama miraba e dirección a la ventana, por donde la luz blanquecina de la luna se colaba por las aperturas de las cortinas mientras esperaba que regresarás de aquel viaje recordaba cuanto estuve esperando por este día y por ende las cosas que planeé para hacer un día especial, nuestro día especial, siendo nuevamente solo tu y yo.

Dijiste que hoy, 18 de febrero, llegarías, por ello no pude contener la emoción desbordando por todo mi ser, estuve el día entero repasando las cosas que tenía preparadas para recibirte de la mejor manera posible porque después de tanto tiempo separados tenía que darte la bienvenida de una forma linda, tan linda como tú. Decidí que para que eso pasara tenía que estar esperando por ti en casa y no en la galería, así, en cuanto llegaras podía estar junto a ti, por esta razón terminé temprano los asuntos que tenía en la galería, aunque fue muy fácil porque sabía que llegarías hoy y eso me dio toda la inspiración para terminar los cuadros pendientes. Una vez que todo estaba listo me dirigí a casa, pero hice la parada de todos los días, en la misma florería, donde compré una rosa nueva para colocarla junto al resto en el jardín trasero de nuestra casa; tu siempre quisiste un jardín con rosas y por eso empecé a plantar una por cada día lejos, ahora aquí tienes el jardín repleto de esas flores que cuido como si se trataran de ti. Como hoy será el último día que estaremos lejos, será el último día que agregue rosas, por eso más tarde hice aquel ramo de rosas que ahora descansa en la mesa del balcón para recibirte de una manera más romántica. Sabía que no tenía que recogerte en el aeropuerto, porque tu me aclaraste que no lo hiciera, llegarías por tu cuenta a casa.

Estuve cocinando un poco de la comida que compramos en nuestra primera cita porque esto sería nuestra reencuentro después de esos tres largos años lejos, era un día maravilloso, todo estaba yendo bien, te esperaba, nunca me dijiste la hora de regreso, simplemente que esperara por ti, y así lo hice, así lo hago.

Esperé a que llegarás, más no lo hiciste, ya es tarde, por eso mejor deje la cena ahí, sobre la mesa del balcón y las rosas adornando el centro, me dí la vuelta para entrar a nuestra habitación, tomé el extremo del ventanal corredizo y lo abrí un poco, suspiré, giré mi cabeza y sobre mi hombro vi de nueva cuenta aquello preparado para ti, vista al atardecer que cubría con sus tonos naranjas, rojos y rosas el jardín que tanto quería mostrarte, regreso mi vista y termino por entrar a la habitación, me cambié de ropa, me coloqué aquella pijama verde de dos piezas que dejaste para que no te extrañara. Estiré un poco de la tela perteneciente a la prenda superior y me la lleve a las fosas nasales, inhalé un poco del aroma que tenía, aún después de tanto tiempo, aún conservaba ligeros toques de tu esencia.

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Aún no has regresado, incluso después de unas horas más esperando que cruces la puerta de esta habitación fría y oscura para que la llenes de calidez y luz, como el sol que eres, no lo haces. Me levanto un poco, sólo lo suficiente como para quedar sentado, recargando mi espalda sobre la cabecera, con las sabanas cubriendo mis muslos, giro un poco mi cabeza para mirar el lado de tu cama vacío, llevo mi diestra a ese lugar para acariciarlo. Me empiezan a invadir todos los recuerdos junto a ti que hemos hecho aquí y no puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mi rostro, pero tampoco puedo evitar dejar correr una cuantas lagrimas por mis mejillas. Te extraño, te extraño como no tienes idea, incluso podría decir que te extraño tanto como te amo, por eso es que no aguanto más y decido llamarte, espero a que comience a sonar... uno, dos, tres, más timbrazos suenan a través de la línea, pero no escucho nunca tu voz porque me dirige al contestador, comienzo a preocuparme un poco, aunque puede que sigas en el avión, confío en que estas bien, porque mi corazón comienza a latir al ritmo del tuyo, entonces mi sonrisa se intensifica y cierro los ojos escuchando la melodía que me indica que estamos cerca de reunirnos, porque si, esto solo pasa cuando estamos por reunir de nueva cuenta nuestros corazones y nuestras almas. En cada cita, cada buen día, cada abrazo, cada beso, cada caricia y en cada momento juntos, nuestros corazones se fusionaron en uno solo, latiendo a un mismo ritmo, porque tu y yo somos uno mismo. Estoy seguro que estas por llegar, en lo más profundo de mi ser lo puedo sentir, así que solo es cuestión del tiempo para verte.

ROSAS, HASTA QUE NOS VEAMOS DE NUEVO  [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora