Epilogo.

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"AMOLAD es propiedad de The Snipster"

La mansión Lovelance era muy hermosa con paredes color blanco y jardines inmenso que estaban cubiertos de la nieve que caía en Paris, aquella mirada de paraíso invernal que se agolpaba en su ventana, no ponía de animo a Lourdes, quien se encontraba sumida en su cama desde su llegada, la tranquilidad de su morada se había vuelvo su refugio, su madre mandó al servicio de la casa a llevarle comida a la cama, su jefe le mandaba mensajes diarios, preguntando ¿Cómo seguía?

Y la chica se permitía llorar, en cuanto la soledad la golpeaba en la cara, con su sensación fría y amarga, es cuando se disponía a derramar lagrimas de dolor, de amargura por no haber podido salvar a Tomás, y sobre todo por la perdida, sin duda el hubiera era la sensación de dolor más nítida.

Una mañana su madre le presento a una joven promesa del modelaje, pero ella desdeñosa lo desecho, su padre la llevó a una presentación y el artista le guiño el ojo, ella se volteó.

Simplemente no deseaba tener un romance por un tiempo.

Mientras tanto en Estado unidos, Des investigaba la pista que les dejó Natt, la policía había dejado una carpeta de investigación con las declaraciones de su socio muerto, con ellas pudo liberar su culpa por completo, y Leo tenia una manera de comprobar ante su madre y su hermana que Aeva era inocente.

Ambos fueron al hogar del moreno, un departamento humilde, en una de las zonas cercanas a la residencia del bad boy, Des observo las maltrechas paredes, y sintió algo de temor, llevaba en sus manos la carpeta de investigación para mostrársela a la familia Spindler.

Maia abrió la puerta, observando a su hermano con aquel hombre, justo cuando iba cerrárselas en la cara, el moreno detuvo el trayecto con su pie, y se adentró a su antiguo hogar, su madre se quedo sorprendida, y le pido a su hija que se hiciera a un lado, la mujer era hermosa, tenia el cabello negro como sus hijos, unas arrugas que surcaban su rostro y una mirada color verde, la cual daban un vestigio de vitalidad que el millonario envidiaba.

— Déjalos pasar querida, ¿Qué te trae aquí? — murmuro la mujer, dejando la vajilla en el fregadero para acercarse a su hijo, quien parecía apenado, su hermana clavaba sus ojos en él, como dos dagas, pero Leo soltó un suspiro y abrazo a ambas, quienes se relajaron un poco.

— Quieren sentarse, hay mucho de qué hablar...

En Paris, Lourdes recibía un sobre sellado, alguien en Ardent lo había enviado, tenia la firma que ella reconocería como la de Natt, así que con dolor abrió aquella misiva, que la dejó helada.

"Lou, ese día en la oficina cuando entraste a desafiarme, creo que me enamore un poco más de ti, eres una mujer de fuego, no solo por tu belleza, si no por tu personalidad.

Nunca conocí a una mujer tan terca... jamás cediste, ni un poco, ni siquiera con mis mejores argumentos, definitivamente dejare esta imagen como algo que me llevare para siempre en mí, si todo fallaba este era mi plan principal, supongo que, si recibes esto y no eres mi esposa, es que todo falló de manera miserable para mí, no es así.

Te ame, aunque no fuera la mejor persona, mierda, creo que soy una escoria, por que nunca pude perdonas a Des, e hice cosas malas Lou, mate gente y mentí, pero nunca te mentí a ti, jamás a ti.

Toma mis acciones y haz cosas grandes, Ardent fue mi sueño frustrado, pero tú si quieres a Des, maldito bastardo, tu cariño hacía él, fue lo que más envidie.

Tuyo hasta la eternidad Tomás Natt."

Y al terminar de leer, la jovencita sintió lagrimas gruesas caer por sus mejillas y manchar aquella pulcra hoja, donde una copia del testamento de Natt la dejaba como la heredera de sus acciones y parte de sus propiedades, ella tenia dinero, pero no quería eso, quería que Natt hubiera sido bueno, que las cosas cambiaran, que todo se arreglara, y lloró tanto que sintió que se quedaba seca, y que aquella masiva, le daba nuevas fuerzas.

Miradas (AMOLAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora