No era lo que esperaban
Edward.
Escuché algo de ruido, provocando que me despertara y confundido miré a todos lados en busca de donde provenía aquel sonido.
Isabella no estaba en la cama, por lo que supuse que era ella de quien se trataba, tomé mi teléfono revisando los mensajes, mi madre había llamado y tenía miles de mensajes de Tanya, suspiré harto de su actitud.
—Buenos días— escuché la voz de Isabella, ella estaba acomodando su vestido negro.
—Buenos días, ¿por qué te despertaste tan temprano?— pregunté, pues apenas eran las siete de la mañana, ella siempre despertaba algo tarde.
—Tú teléfono estuvo sonando toda la noche— apuntó con su dedo índice a mi teléfono, que reposaba sobre la mesa de noche, restregué las manos en mi rostro.
—No lo escuché— era extraño, pues mi sueño era muy ligero, el ruido más mínimo hacía que estuviera despierto por toda la noche.
—Me di cuenta, estabas muy dormido— se sentó en la orilla de la cama, la agarré por la cintura juntándola a mí y besando su cuello, olía exquisitamente.
—Hueles increíble— confesé contra su cuello, ella soltó una pequeña risita dándose la vuelta, jaló un poco mi cabello.
El teléfono comenzó a sonar de nuevo, bufé.
— ¿Pasa algo?— preguntó con su ceño levemente fruncido, negué tomando el teléfono.
Era mi padre, creía que era Tanya.
— ¿Que ocurre?— pregunté, ya que él solamente me llamaba si pasaba algo.
—Debemos de regresas a Nueva York, al parecer quieren hacernos algunas entrevistas— comentó, miré a Isabella quien me veía algo preocupada.
—Bien, nos vemos en el aeropuerto— respondí, después colgamos.
— ¿Está todo bien?— cuestionó, asentí volviéndola a juntar hacia mí. Me volvía loco, no podía tenerla lejos de mí, debía de tocarla, sentirla.
—Sí, pero me temo que debemos de irnos— junté mi nariz en su cuello, inhalando su aroma a fresas.
—Bien, hay que apurarnos entonces— se separó de mí levantándose de la cama, la miré alejándose.
Me levanté de la cama, dirigiéndome al baño, quería darme una ducha antes de irnos.
.
Mi padre ya nos estaba esperando, todo estaba listo, comenzaron a subir nuestro equipaje.
—Buenos días— saludó a Isabella, dándole un beso en la mejilla.
—Buenos días, Carlisle— respondió ella con una pequeña sonrisa, subimos al jet. Mi padre se sentó un poco más retirado de nosotros mientras mensajeaba por el teléfono.
Comimos algo, pues no habíamos probado bocado alguno, Isabella a mi lado iba leyendo un libro, estaba tan concentrada que no se había percatado de que la estaba viendo.
Amaba su pequeña, respingada y redonda nariz, la cual estaba decorada por unas pecas nada notorias, sus labios pequeños y rosas estaban entreabiertos.
Acaricié su pierna con lentitud, su piel era tan suave. Ella siguió con su mirada en el libro, subí un poco más mi mano, hasta su muslo, ella frunció un poco el ceño pero no le dio importancia.
Levanté un poco su vestido, y acaricié sus bragas, rápidamente volteó a verme.
— ¿Qué haces?— preguntó frunciendo el ceño.
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Yours
FanfictionLo que había hecho estaba mal, pero ya no tenía vuelta atrás, Edward Cullen me atraía... y lo que había pasado entre nosotros provocó que todo esto fuera más allá... sin haberlo planeado o tan siquiera esperado, todo había cambiado.