Capítulo 6: El pasado siempre vuelve

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Flashback

-Entonces es definitivo, ¿te vas?

-Y que quieres que haga Samuel, me estoy ahogando, se que parece que ahora ya todo es normal, pero nada lo es, necesito irme de aquí, necesito ir a América y huir de todo esto.

- ¿De mí? -los rostros de ambos casi no tenían separación y sus respiraciones se juntaban antes de salir hacia el tejado de aquel apartamento que había sido testigo de varios de aquellos encuentros.

-Samuel -susurra Carla- no me lo pongas más difícil.

-No rompas esto, por favor...

-No se puede romper...lo que ya esta roto.

Un beso apasionado, el ruido de la puerta y la soledad tras la despedida.

Fin del Flashback

-Samu! Que quieren 2 whiskeys con hielo los señores vamos joder.

La voz de Nano lo quita de sus recuerdos, cuando vuelve a mirar a la entrada Carla ya no esta y pese a que la busca por toda la discoteca es incapaz de localizarla. Mientras sirvió las copas aquella noche no realizo ninguna broma, ni esbozo ninguna sonrisa. Samuel solía ser un camarero muy atento, que daba mucho juego a sus clientes, pero la lucha interna que tenia en su interior no le permitía focalizarse en su trabajo.

Por un lado, Carla estaba preciosa y al verla Samuel noto en su interior que todo lo que anteriormente había sentido por ella no había disminuido nada. Pero se odiaba mucho por ello, al recordar como Carla se fue a Estados Unidos sin apostar por ellos 2 cuando podían estar juntos y recordando su frase de que aquello entre él y ella estaba roto sentía mucha rabia. Al fin y al cabo, Samuel imaginaba que Carla ya habría conocido a alguien, y lo que menos quería era pasarlo tan mal como lo paso después de su "abandono".

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- ¿Tenia entendido que íbamos a quedar en la discoteca se puede saber qué haces aquí?

-Lo vi- cuando Carla se gira, "Lu" ve rastros de lagrimas en el rostro de su amiga.

-Por eso no quería ir a esa discoteca...pero Aitana insistió.

- ¿Tu lo sabias?

-Veras amor esa discoteca es de él, de su hermano y de Guzmán, es un negocio que tienen entre los 3.

Lu empezó a contar a Carla todo lo que había pasado en la ciudad en su ausencia y todo lo que sabia acerca de Samuel. Quizás debería haberlo hecho antes, pero no sabia hasta que punto Carla no había conseguido olvidarlo.

Después de varios minutos hablando, Lu había conseguido que Carla se calmase y ya estuviera informada de todo lo que le interesaba.

-Pensé que Estados Unidos te había ayudado a olvidar...pero veo que es llegar aquí y vuelves a caer... ¿por eso quieres irte no es cierto?

-Estados Unidos me ayudo a escapar de mi familia, me ayudo a escapar del mayor error de mi vida, me ayudo a escapar de todo lo malo que me recordaba esta ciudad, pero jamás me ayudo a escapar de él. No hay un solo día que en algún momento no haya pensado en como estará, que estará haciendo, seguiré en su cabeza, me equivoque...No se Lu, debes pensar que soy una estúpida.

-Ya no somos adolescentes Carla- la mano de Lu recorre el hombro descubierto de la Marquesa- esas tonterías que nos decían de tenéis que salir con chicos de vuestro nivel...el amor no es eso...nosotros no somos nuestros padres y no elegimos a quien amar. Y de verdad...no huyas más. No se si querrás hablar con él, no se si él querrá hablar contigo pero lo que si se es que yo necesito a mi "bitch" aquí. Así que si lo único que te hace regresar a Estados Unidos es un chico ni se te ocurra coger otra vez el avión, porque te hago regresar cogida de la oreja, ¿me oíste?

-Te quiero Lu-sonríe Carla emocionada por el discurso de su amiga.

-Yo también te quiero boba- ambas se funden en un abrazo- por cierto me tendrás que ayudar a organizar la fiesta ahora que te quedas.

-No te he dicho que me quede.

-Claro que no, si quieres conservar tus orejas no hace falta que me lo digas, ya quedo claro-ambas se ríen.

-¿De que fiesta se trata?

-La reunión de la promoción del 2002 de las Encinas.

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1 semana después a las afueras de la ciudad

El ruido del motor de coche se detiene justo en una finca que hace años podía parecer lujosa pero que en este momento luce bastante descuidada.

-¿Cariño donde estamos?

- En la casa de campo de mis madres- dice el chico mientras se enciende un cigarro.

-Crei que iríamos directos a casa que estarías con ganas de estar ahí en tus primeras horas de libertad.

-E iremos cariño, no te preocupes, pero antes debo coger unos documentos espérame en el coche de acuerdo.

La chica asiente con la cabeza, mientras ve a su chico andando con las llaves en la mano y el cigarro en la boca.

Tras cerrar la puerta, el chico anda por el pasillo principal de la casa, observando que al igual que el jardín, la suciedad se apodera del lugar, algo totalmente comprensible dado que ha estado inhabitada en estos últimos años.

Al llegar al salón principal todo el frio que se sentía en los otros sitios de la casa, cambia a una sensación de calidez producida por un fuego encendido en la chimenea, el chico hace otra calada tranquila al cigarro contemplando el lugar silenciosamente, hasta que una voz a su espalda lo rompe:

-Por fin te han dejado salir veo, 7 años...que largos se han hecho.

El chico lejos de sorprenderse da una calada tranquila y pausada a su cigarro.

-Bueno, yo he estado en una celda, tu dentro de tu poca libertad comías mejor que yo.

-Si, pero no ha dejado de ser una cárcel. Tenia ganas de que llegara este momento y de que por fin pudiéramos empezar a pasar a la acción.

-Por supuesto, ya sabes que nada de lo que paso va a quedar impune, antes me preocupaba demasiado, ahora una vez has estado en mi situación aprendes a relativizar las cosas.

-¿Y como lo piensas hacer?

-He hecho amistades y hay mucho tiempo para planificar con calma, además 7 años en una pocilga sin actividades y sin diversiones da para pensar. De momento si me permites voy a mi casa que necesito una ducha como Dios manda, ya te avisare cuando sea el momento.

El chico tira la colilla ya desgastada al fuego y se gira para mirar de frente por primera vez a su acompañante.

-Esperare tus noticias, me alegro de volver a verte libre.

-Yo también me alegro de verte, Teo.

Élite: Toda una vidaWhere stories live. Discover now