Las llamas me consumen
El mundo arde
Miro a mi alrededor y lo único que veo
No veo nada
Miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y miro y
No hay nada
Todo el día me siento solo y quiero
No sé qué quiero
No quiero que me entiendan nadie me entiende quiero
No sé
Sí sé
Me quiero morir
—Damian.
Enfoco mi vista de nuevo.
— ¿Qué?
—Deja de pensar.
—Deja de ordenar las cosas de más grandes a más chicas.
Naira me regala una de sus famosas sonrisas. Ella siempre está sonriendo. Se siente raro estar con alguien que sonríe cada dos segundos.
Yo nunca sonrío.
—Touché.
Abre su diario para escribir algo, pero no me deja ver. Nunca me deja ver. Es algo frustrante, porque cuando estoy con ella, siento como que desnudo mi alma.
Probablemente sabe lo que estoy pensando, así que alza sus ojos castaños solo un segundo para mirarme y dedicarme un guiño antes de seguir escribiendo.
Su pelo hoy está de color verde manzana. Me dan ganas de morderlo.
— ¿Nunca me dejarás ver tu diario?
—Nunca.
La miro fijamente.
—Bueno, si me miras así te daré un “tal vez”.
— ¿Así como?
—Con esa cara de psicópata.
Casi me hace sonreír. Casi.
—Ambos sabemos que lo soy.
Se ríe, negando con la cabeza, y juro que en mi vida he visto algo más hermoso que ella. Hace que me den ganas de escribir cientos y cientos de páginas sobre ella y solo de ella.
—Esta es mi parada—señala la puerta del tren. Miro por la ventana, y lo único que veo es padres sonriendo, niños jugando y personas solitarias solo pensando. Se ven felices.
Parece un poco como su mundo.
—Adiós, Damian—asiente con su cabeza hacia mí. Le devuelvo el gesto y, cuando finalmente se baja, no miro hacia atrás.
Pronto, el mundo vuelve a ser gris para mí.
ESTÁS LEYENDO
Confesiones de un chico suicida
JugendliteraturMi nombre es Damian Dashkov y tengo 17 años. 17 años de sufrimiento, 17 años de lágrimas y 17 años de pena. Siempre estoy al borde del suicidio. Tengo una antigua navaja suiza del ejército sobresaliendo del bolsillo de mi pantalón, dispuesta a mí cu...