CAP 7: Amor o sexo

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Las personas naturalmente tenemos un impulso de deseo sexual hacia otras personas, algunas veces ese impulso puede ser controlado. Pero, ¿qué pasa cuándo dejamos que fluya a su antojo?.

Terminamos haciendo cosas que quizás jamás pensariamos que pasarían, y con personas que apenas conocemos, pero ¿cuáles son las consecuencias de esto?

No lo sabemos y realmente, mientras la sensación dura, no nos importa.

***

Cada roce, cada sentido, cada movimiento, hacia que sólo lo deseara más, su boca me buscaba con pasión mientras su traviesa lengua acariviaba la mía con suavidad, su aliento a whisky inundaba mis adentros haciéndolo aún más placentero.

Podía sentir su erección empujando y luchando por salir a jugar, estaba atrapada, atrapada en un deseo intenso del que no tenía intenciones de salir, sus manos comenzaron a bajar lentamente sin separarse de mi boca, comenzaba a hacer movimientos ligeros hacia arriba y abajo lentamente, sus manos se metieron por un lado de la toalla y en un ágil movimiento logró quitarla.

Sus besos descendían desde mi boca a mi cuello apasionadamente, continuó bajando por mi pecho hasta encontrarse con mi peson, jugueteó un poco con él y luego lo presionó con los dientes provocando que suelte un gemido de placer, le dio un último beso y siguió descendiendo dejando que su dedo reemplace a su boca acariciandolo con suavidad, cuando llegó hasta mi ombligo una corriente me recorrió los sentidos causando una gran excitación en mí.

Descendía lentamente haciendo que mi cuerpo sufra por no llegar hasta el punto donde slse originaba todo ese placer, continuó en mi pelvis y puso su majo izquierda sobre mi muslo y comenzó a subirla rápidamente haciendo masajes en ella.

Cuando al fin su lengua tocó mi sexo sentí calor, más calor del que imaginé, me senté en la cama con desespero y le ayudé a desabrochar su pantalón mientras nuestras bocas se volvían a encontrar, se quitó el pantalón con total rapidez y al quedar desnudo se tumbó sobre mí, podía sentir su glorioso miembro empujando mi torso mientras jugueteaba con mi lengua.

Retrocedió un poco y luego hizo que mis emociones se disparen al cielo al penetrar en mí, se quedó un momento adentro sin moverse, esperando a que mi cuerpo se acostumbre a tenerlo en mi interior, luego retrocedió un poco pero sin salir de mí, mi cuerpo suplicaba más y él parecía notarlo, volvió a embestirme y me besaba con fuerza metiendo su lengua para absorber la sensación de placer que causaba en mí, comenzaba a empujarlo hacia adentro con rapidez y cada vez que entraba y salía de mí mi excitación aumentaba orgasmicamente.

Mis caderas comenzaban a seguir su movimiento y mis gemidos salían una y otra vez sin cesar, atrapada entre su cuerpo y sin intenciones de liberarme lo seguía en su excitante juego de placer, seguimos así durante un largo tiempo, más de lo que había pensado que se podía llegar, mientras mis niveles de orgasmo subían sin parar uno tras otro.

Nunca me había sentido tan viva como en ese momento en el que sentí como me corría, como la vida salía disparada de mi sexo dejando todo atrás, dejando a un cuerpo lleno de placer, él continuó embistiéndome sin parar y muy rápido, cuando por fin alcanzamos en clímax sentí como sus jugos masculinos recorrían mi interior.

Me sentía viva, llena, plena, sintiendo cosas que creí que no volvería a sentir después de lo que pasó en Hell Streek.

Salió de mí y me sentí un poco vacía, me tomó de la mano y me llevó con él hacia el baño, estaba agotada, lleno la tina y se sentó en ella para que me siente delante de él.

Jamás me sentí tan felíz por estar sin ropa, me recoste sobre su pecho mientras él lavaba mi cuerpo con una esponja lentamente y con cuidado, como si no quisiera lastimarme, salimos de la tina y comenzó a besarme lento y con cariño empujandome hacia la ducha.

MAGNATE   Trabajando para el Sr. GokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora