12. Es Un Beta Como Yo

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La verdad estaba agotado. Yugyeom había iniciado su entrenamiento bajo la tutoría de Kihyun. Y nunca se imagino que terminaría jadeando sin poder levantarse siquiera.

Hubiera querido que su celo jamás acabará. Toda esa semana estuvo con Wonho sin hacer mucho y ahora estaba apunto de desfallecer.

De verdad eres solo un bebé— suspiro Kihyun algo cansado de los errores del menor, sabía que era alguien nuevo en todo este mundo, pero pensó que siquiera pudiera aguantar la primera clase— quiero otras 100 vueltas al circuito sin errores o de nuevo harás todo desde el inicio— indicó señalando todo lo que preparo para mejorar la agudeza de sus sentidos. Esto era como un campamento militar, y Yugyeom jamás hizo algo así en su vida hasta ese momento y aparte le había tocado alguien muy exigente.

Voy— aspiro un poco de aire antes de volver a correr, sus piernas temblaban pareciendo gelatinas. Tuvo que detenerse para subir aquella pared tan alta y resbaladiza, su sudor en las manos lo hacía más complicado. Intentar no caer fue su prioridad y aún así se dio contra el suelo.

Al ser Omega jamás le pidierln tales cosas. En la escuela las tareas de los Omega eran simples, cosas que se realizaban en el hogar. Por ejemplo tenía clases de tejido y cuidado para cachorros. Claro que él siempre se saltaba esas clases y prefería ir a bailar. Pero de igual forma bailaba por diversión, y jamás practico en serio. Aparte de que sus profesores lo regalaban por siquiera intentarlo. De hecho aveces se desmotiva gracias a que siempre escucha. "Los Omega no sirven para esa clase de cosas, solo deben atender el hogar". Luego la tenía peor. Los Omegas hombres estaban hasta abajo de todo. Eran los más humillados, y lo detestaba.

¡De nuevo!— Kihyun sentía que estaba siendo demasiado extremo sin embargo no tenían tiempo para ser más suaves, luego de este entrenamiento físico tendría que enseñarle otras cosas, desde la anatomía de su especie hasta la historia de esta. Era como ir a otra escuela especializada en descubrir y proteger a aquellos especímenes raros que seguían con sus impulsos animales. La fuerza era necesaria para poder defenderse y en cualquier momento poder resistir lo que se aproximaba.

Yugyeom ya no aguantaba, sus respiraciones cada vez eran más erradicas y su corazón latiendo más rápido lo hacía creer que le daría un ataque, más aparte los golpes que sentía, la sangre que se escurría de su nariz. Todo era tan cansado, se sentía como si estuvieran golpeándolo numerosas veces. Aplastándolo, gritándole en la oreja causándole escalofríos y un zumbido que lo mareaba le revolviera el estomago.

¡Maldita sea! y ni siquiera lo tomaban en serio, según Kihyun había bajado el nivel a un principiante, pero Yugyeom creía que lo quería ver sufrir o algo parecido porque si no lo lograba no podría protegerse. Aunque en realidad ¿Por qué lo hacia?. ¿Por su trabajo? Definitivamente no lo hacia por eso, de hecho mentía en su trabajo... O mejor dicho ya ni le ponía atención a que Wonho pudiera ser un asesino, no lo creía, y prefirió meterse en mas problemas al aceptar protegerse para los experimentos.

Lo hacía también para demostrar que un Omega podía ser más fuerte que muchos Alfas. Odiaba ser despreciado por ser un Omega. Odiaba sentirse menos por ese simple hecho y aunque intentaba ignorar todo tipo de comentarios hacia su cuerpo y los típicos comentarios ofensivos, aveces se sentía exhausto de todo eso.

Quería protegerlo, en realidad quería proteger a Wonho y así mismo. Por eso aguantaba, por eso sin importar que todo su cuerpo doliera seguía intentando aprender, quería poder aceptar que lo estaba haciendo por eso, pero se negaba. No quería protegerlo, o al menos eso se decía.

La sangre corría por sus manos y rodlas. Pero aún quería seguir, no podía parar ahí. Quería hacer sentir orgulloso al Omega que estaba entrenandolo. Por alguna extraña razón quería que Kihyun lo felicitara. Tal vez era porque este era un Omega fuerte. Pero volvió a caer. Sintió como la sangre se combinaba con su sudor y pudo saber que también tenía sangre en el labio y su mejilla al probar su propia sangre. Se sintió asqueado, pero volvió a ponerse de pie.

NO QUIERO SER TUYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora