A cara lavada

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Hace dos años escribí mi primer fic de Yagakimi, Lo Mio no es tuyo. Hoy ha llegado el momento de que les traiga el segundo.


Ante todos nosotros se ha levantado un muro invisible, la conocida cuarta pared. Yo, desde mi posición privilegiada en primera fila, me preparo para lo que está a punto de ocurrir en el escenario. Tengo muchas ganas de ver todo, en especial porque una de las personas más importantes en mi vida está involucrada.

Salen los primeros actores a escena, hombres vestidos con ropa victoriana que recitan sus líneas de manera muy profesional. Sin embargo, es cuando sale ella que mi atención se centra cien por ciento en el escenario.

Touko, mi novia desde hace años, aparece en escena con un traje de dama antigua. Ella posee un talento natural para la actuación. Así fue desde que la conocí en la preparatoria, aunque en ese momento usaba su don con fines no muy honestos: convertirse en alguien que no era o, mejor dicho, en quien creía que era ese alguien. Fue después de la obra de teatro que hicimos en la escuela que ella descubrió su verdadera vocación, y también... que dejó de actuar como otra y a volverse ella misma.

La Touko que está ahora en el escenario está interpretando un personaje, eso está claro, pero a diferencia de la que conocí en preparatoria, es ella. Más allá del traje y el maquillaje, logro distinguir a esa chica un tanto temerosa que es en realidad y no a la senpai genial que pretendió ser en su momento. Debo decir, eso sí, que mucha de esa inseguridad y temor que tenía se ha ido esfumando con el tiempo, y no es por mantener una fachada, sino porque de verdad está trata de mejorar día con día. Soy testigo de eso.

La Touko parada frente a mí es más honesta que la que conocí, conmigo y consigo misma. Puedo verla poner el corazón en su papel y sentir su alegría por estar ahí. Eso provoca un palpitar alegre en mi pecho; amo ver esa actitud en ella.

En cuanto la obra termina, todo el público se pone de pie y aplaude por la gran actuación. Yo hago lo mismo. No es porque sea mi novia, pero creo que Touko es la que mejor lo hizo. Su caracterización fue muy convincente; en verdad se metió en la piel de su personaje. Mientras agradece, nuestros ojos se encuentran por un breve momento. Ella me sonríe y yo hago lo mismo; yo tampoco soy la misma de esos días escolares: con Touko he desarrollado un poco más mi lado dulce sin dejar de ser aguda, y eso es algo que agradezco... Agradezco haberla conocido y haberla hecho descubrirse a sí misma. También agradezco el que me haya hecho cambiar mi visión idealizada sobre el amor y el haberme enamorado de ella.

Dicen que todos usan máscaras para mostrarse ante otros de acuerdo a la situación y solo los que son honestos consigo mismos son capaces de revelarse a través de ellas. Touko ahora lo hace.

A cara lavadaWhere stories live. Discover now