KyungSoo y el amor, dos cosas que al parecer, no se llevaban muy bien. Así había sido desde el inicio de su adolescencia y se había mantenido hasta su adultez.
KyungSoo no era bueno en el amor o en las relaciones, pero estaba perdidamente enamorado de la misma persona que lo hizo descubrir su homosexualidad, hace más de cuarenta años.
Sí, más de cuarenta años preso de los mismos ojos, de los mismos labios, de la misma sonrisa y la misma voz, más de cuarenta años desviviendo por un hombre imposible e inalcanzable, más de cuarenta años anhelando a su mejor amigo, a JongIn, el dueño de su corazón y de su alma.
Así es, estaba viviendo el típico cliché del mejor amigo gay enamorado de su compañero de toda la vida heterosexual, sin embargo, su historia no era como aquellas que se mostraban en las películas o en los libros homoeróticos donde el heterosexual se vuelve gay porque cae rendido ante los encantos de su amigo y se da cuenta de que él era el amor de su vida, que tienen una relación perfecta, se casan y viven felices para toda la vida, no, la historia de KyungSoo no era así, la historia de KyungSoo era más triste y dura, más realista y difícil de llevar.
Sí, confesó sus sentimientos, sí, enfrentó a JongIn y le expuso los deseos más profundos de su corazón, le robó un beso a los diecisiete... y fue rechazado, no una ni dos veces, sino cinco en sus cincuenta y ocho años de vida.
JongIn jamás se enamoró de él, JongIn jamás lo miró como algo más, JongIn jamás se volvió gay ni experimentó algún tipo de curiosidad por el sexo contrario, por él. JongIn se casó, JongIn se enamoró de una buena mujer, JongIn tiene hijos y un par de nietos, y él se había estancado en su adolescencia, con el mismo amor necio e imborrable que le impedía continuar con su vida.
KyungSoo, ahí, mirando el horizonte en esa playa desierta y calma, hermosa, se pregunta si tal vez hubiese sido feliz al lado de SeHun, el hombre que insistió por él durante dos años, o tal vez con JongDae, un amante que se enamoró de él y al cual rechazó con un beso en los labios y una sonrisa apenada, o junto a ChanYeol, o TaeMin o ChangMin, KyungSoo se pregunta con melancolía si hubiese sido capaz de olvidar a JongIn si hubiera aceptado a alguno de esos hombres maravillosos, y los cuales ya estaban más que casados o con parejas estables. KyungSoo vivía de "¿Y sis?" y de ilusiones imposibles, y eso era sumamente triste.
Acarició a Luci, su cachorrita, y sonrió cuando ella, toda alegre, cola moviéndose de un lado a otro y lengüetazos, comenzó a correr y a juguetear a su alrededor. Luci era tierna y era una compañía increíble, no lo hacía sentirse tan patético y solitario y lo hacía sonreír la mayor parte del tiempo. Era una buena chica.
El viento frío del atardecer golpeó su rostro y meció su cabello salpicado de unas cuantas canas tímidas que no querían mostrarse aún ante los demás. Sus pies descalzos sintieron a la perfección la textura de la arena suave bajo ellos. Estaba tibia y era agradable, y el sonido de las olas chocando en la orilla y contra las rocas fue música relajante para sus oídos.
En ese instante podía decir con total seguridad que estaba relajado, que estaba complacido, y que estaba en paz como hace tiempo no lo conseguía. A pesar de todo, no sentía dolor en su corazón, y eso era lo que más importaba.
KyungSoo no tenía suerte en el amor pero había aprendido a apreciarlo, a vivir a su lado y a atesorarlo durante casi toda su vida. KyungSoo no tenía suerte en el amor, pero estaba feliz de haberlo sentido y haberse enamorado de un hombre tan increíble como JongIn. KyungSoo no tenía suerte en el amor, pero eso no le importaba demasiado, porque era feliz en medio de su soledad abrumadora.
KyungSoo estaba bien con estar enamorado y no tener suerte en el amor.
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Para Siempre | 🌸KaiSoo
FanfictionKyungSoo no tenía suerte en el amor. KyungSoo no vivía en historias ficticias donde todo era rosa y perfecto, donde los protagonistas se amaban incondicional y eternamente, donde ambos se correspondían y eran felices por siempre. KyungSoo no tenía s...