Mi querido:
No sé cómo empezar esto, la verdad es que aún sigo en shock. Nunca me imaginé que llegaría el día en el que anunciaras que te casarías y que tendrías un hijo. Si te soy sincera, lo veía muy, muy lejano.
Estoy feliz, pero también estoy destrozada, no te voy a mentir. Aunque he sido incapaz de soltar una lágrima y por más que me digo que tengo que hacerlo para poder superarlo no he podido.
A pesar de eso, mi corazón se siente pesado, y aunque tal vez suene exagerado e incluso imposible, siento que late mucho más lento de lo normal; como si le costara trabajo hacerlo, como si algo que se lo impidiera, pero este no se deja.
¿Así se siente un corazón roto?
No lo sé, y la verdad no quiero confirmarlo.
Cuando escuché la noticia por primera vez, cuando la leí en esa carta que hiciste, me dije "es una broma ¿no?" Pero entonces no era la única que lo había leído, no era la única que de todas esas palabras tan lindas que dijiste, lo único que había sido capaz de leer era la palabra novia. Entonces, alguien había sido capaz de leer más allá de eso. Aunque no lo decías claramente, marcaste que querías pasar la eternidad con ella y no hay que ser lo suficientemente inteligentes para saber que te referías a una boda. O aquella parte de la bendición, en donde hacías referencia que serías padre.
No voy a mentir, la sangre se me heló por completo. El mundo se me paró, deje de escuchar aquella canción tan preciosa y lo único que podía hacer era pensar, ¿cómo? ¿Cuándo? Y sobre todo ¿quién?
Pero no pienses mal, de todas las personas, tu eras de las ultimas de las que creía que podía soltar una noticia de ese tamaño a escasos trece días de haber comenzado el 2020. Pero ahí estaba tu carta, y después la confirmación. Y no supe que pensar, que sentir, que decir.
Eran las 12:10, el sueño que tenía se había esfumado por completo y ahora mismo, a las 2:47 de la madrugada se ha negado a volver. Y la verdad, estoy segura de que no será capaz de conciliar el sueño, al menos no por esta noche.
Estoy feliz, estoy feliz de que hayas sido capaz de encontrar al amor de tu vida, que hayas encontrado a la persona con la quieres pasar el resto de tu vida y con la que quieres formar una familia. Sin duda estoy muy feliz por ti. Estoy tan feliz que después de dos horas y cuarenta y un minutos he sido capaz de soltar las primeras lágrimas de felicidad después de tu anuncio y de la noticia.
Estoy tan feliz por la chica que fue capaz de conquistar tu corazón, que ahora lo tiene y que espero que lo tenga por muchísimos años.
Estoy tan feliz por ese bebé que viene en camino, porque sé que tendrá a un padre amoroso que será capaz de hacer que todo esté bien por y para él.
Pero muy en el fondo, muy, muy en el fondo de ese sentimiento de felicidad, esta una pisca de rechazo. De rechazo a creer que ya eres de alguien más, y por más que trato de eliminarlo, no puedo. O tal vez no quiero, no lo sé.
En ese mismo lugar aún queda algo de "esperanza" que tal vez todo esto es un sueño, un sueño muy raro y de cierta forma malo. Aunque sé que no lo es.
¿Quieres saber por qué tengo esos pensamientos? Porque alguna vez yo soñé con este momento, soñé que era yo la que vivía el sueño de ser la esposa y madre. Estúpido, ¿no? Y la primera vez que tuve ese pensamiento, lo quise bloquear, porque sabía lo estúpido que era, porque sabía que era imposible, porque sabía que lo único que me estaba haciendo era daño, pero no pude. Fui incapaz de bloquearlos, es más, seguí fantaseando y pensando aún más sobre cómo sería mi vida si yo fuese... pero no lo soy, ni lo fui, ni lo seré.
Siento que esto ya no tiene sentido, cuando comencé a escribir esto, no sabía ni si quiera como empezar, después, las palabras comenzaron a fluir. Comenzaron a salir por sí solas y sentía la necesidad de escribirlas, porque, al menos a esta hora no tengo a nadie a quien decirle lo que estoy sintiendo y ni si quiera se si pueda ser capaz de decirle a alguien sobre esto en voz alta porque no se si sean capaces de entender.
¿Es así como se siente un corazón roto? ¿Y cómo lo superas? ¿Cómo haces para sobrellevarlo? No sé si tengo el corazón roto, tal vez y estoy exagerando, pero así es como me siento.
Tal vez con el tiempo entenderé que fue todo esto que siento, tal vez con el tiempo sepa ver qué fue lo que realmente me pasó.
Por ahora, lo único que me queda decir, es que espero que seas el hombre más feliz; que cuides de tu esposa, de tu hijo y de ti.
Y volvemos a lo mismo, esto ya perdió el sentido por completo... pero ¿cuándo lo tuvo?
Ahora mismo, mis ojos por fin se sienten cansados, por fin siento el deseo de dormir. Tal vez escribir me sirvió para quitar esa pesadez de la que te hablé de que sentía. O tal vez mis ojos ya no fueron capaces de soportar la luminosidad de mi teléfono, que se yo.
Nada de esto tiene sentido, esto que te escribo no tiene ni una pisca de sentido. Ni si quiera se si algún día serás de capaz de leer esto, pero de alguna forma tengo que sacar todo lo que siento... ¿no?
Oh, querido, mi querido... ¿Puedo ser capaz de llamarte así? No, no creo que debería, por mi bien más que todo, tengo que entender mi lugar en todo esto. Nuevamente, quiero decirte que, con el corazón en la mano, te deseo de una próspera, amorosa y larga vida con ella. Que sean felices por la eternidad y espero algún día encontrar a esa persona que me haga sentir todo aquello escribiste en esa carta.
No se cuantas veces he tenido que escribir que espero que me siento feliz para poder ser capaz de creerlo, porque muy en el fondo siento que no estoy siendo sincera. Tal vez te tome un cariño que no debía, un sentimiento de amor que iba más allá de lo que éramos, de lo que somos y de lo seremos siempre.
Tal vez una vez más y pueda creérmelo.
Me siento absoluta y profundamente feliz por ti; porque encontraste el amor, porque pronto te casaras y porque pronto tendrás a tu primer hijo.
Y te deseo la mayor felicidad... porque te lo mereces.