Lecciones de natación『ᴮᵃⁿᵍⁱⁿᴴᵒ/ᴹⁱⁿᶜʰᵃⁿ』

Lᴇᴄᴄɪᴏɴ Uɴᴏ: Iɴᴄʟᴜsᴏ ʟᴏs ɢᴜᴀᴘᴏs ᴅɪᴄᴇɴ ᴘɪʀᴏᴘᴏs ᴍᴀʟᴏs.

—Mamá, ¿puedo tomar clases de natación? —La pregunta del pequeño JeongIn llamó la atención no solo de su progenitora, sino también de su primo mayor.

  MinHo se cuestionó internamente la razón por la que Innie quería aprender a nadar, su primo apenas tenía ocho años y él sabía que no era muy amante del agua. Su primito prefería realizar actividades de interiores, específicamente, amaba jugar juegos online –puede que MinHo fuese el culpable de esto, pues era igual de asocial –; por eso no dudó en unirse a la conversación, o al menos, escucharla desde el cómodo sofá.

—¿Por qué quieres ir a clases de natación tan repentinamente? —su tía preguntó.

—Felix las da y me contó que se divierte mucho, dice que su profesor es de Australia igual que él y que es muy bueno —JeongIn puso su mejor cara de cachorrito —; ¿me dejarías ir? El lugar no queda muy lejos de mi escuela, puedo ir con Felix y su mamá me puede traer de regreso a casa. Di que sí, porfis.

  Indagó en su memoria, si MinHo no recordaba mal Felix era el niño nuevo del aula de JeongIn que se había trasladado de Australia hacía un mes atrás. Él y su primo se habían hecho amigos porque ambos eran fanáticos empedernidos de OverWatch, no era un juego diseñado específicamente para niños, pero nuevamente su culpa que JeongIn supiese del mismo y puede, tal vez, que haya sido quien le enseñase a jugar y le crease una cuenta a espaldas de su tía para que el menor jugase; solo tal vez.

  Analizó la expresión de su tía, estaba dudosa. Era normal, ella solo sabía de Felix por las anécdotas de su hijo, MinHo en cambio había tenido el placer de conocerle hacía unas semanas atrás mientras pasaba por su primo para llevarle a casa el día que había salido antes del instituto. Se veía como un niño educado, amable y aún tenía sus problemas con el idioma, lo que a MinHo se le hizo un tanto adorable.

  Vio cómo su primo seguía con su puchero en los labios y a su tía suspirar.

—Te dejo ir solo si MinHo te acompaña —JeongIn sonrió y él casi se atragante con el sorbo de Coca-Cola que recién había tomado.

  ¿Por qué le metían a él en ese embrollo? Iba a negarse, pero JeongIn no le dio tiempo a siquiera recuperar el aliento antes de lanzarse sobre sus piernas y comenzar a rogarle que aceptase. Un minuto. Duró un minuto antes de ceder al pedido de su primo; por un lado, se sentía realizado, había batido su record personal, pero por otro, sabía que se arrepentiría de ser tan débil ante JeongIn.

  Solo tuvo que entrar al gimnasio que estaba a solo un par de calles de la escuela de JeongIn para saber que tenía razón. La piscina era enorme, tanto de largo como de profundidad. ¿Lo peor? Su tía le había obligado a sentarse siempre entre los puestos más cercanos a aquello que parecía un océano ante sus ojos con tal de estar siempre pendiente de su primo y evitar un desastre; no es como si él no quisiese hacerlo, pero estar tan cerca del agua no era algo que le atrajese demasiado, de hecho, no lo hacía para nada. Para MinHo el agua solo existía para beberla, bañarse y ya, fuera de esas funciones él intentaba evitarla a toda costa, al menos desde que tenía siete años y casi termina ahogándose en la playa por entrar a buscar su pelota sin decirle a sus padres; desde ese día MinHo siempre evade el agua y el vóley de playa.

  Se adentró más al gimnasio, conteniendo la respiración y evitando hacer contacto visual con la piscina, una tarea que se hizo difícil al tener a su primo de la mano y este estar emocionado por sus nuevas clases. El empuje del menor lo llevó hasta un grupo de niños que parecían ser de su edad, estaban reunidos alrededor del que MinHo identificó como el entrenador, aunque no pudo verle bien al estar de espaldas.

—Pórtate bien —señaló a su primo con el dedo y este asintió con euforia antes de tomar de la mano a Felix e incorporarse al resto de niños ahí presentes.