Percances.

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Habían muchas cosas que Thresh le ocultaba a su actual amante; Lucian. Este había roto con Senna hace un tiempo, y realmente se deprimió pues pareció olvidar todo lo que hizo para rescatarla.
Thresh lo encontró solitario y triste sentado debajo de un árbol en un bosque mientras estaba buscando almas para recolectar, y no se contuvo. Se acercó para empezar desde cero. Quizá podrían conocerse mejor y eso pasó.

Al principio claramente Lucían no quería saber absolutamente nada acerca de aquel ente de las sombras, pero al final debido a su soledad, acepto a duras penas. Pero no se arrepintió.

Lucian lo convenció de que robar almas está mal. Thresh lo amaba, así que accedió solo por él, además de que el moreno lo amenazó con no volver a verlo si continuaba con su malvada rutina. Pero lo que no sabía Lucian, es que las almas son la fuente de alimentación de Thresh. Si se acaban en la linterna, debe ir a buscar más obligatoriamente, y si no se debilitará y morirá.
Eso era algo que le faltaba confesar.

Escogió justamente el día en el cual se le acabaron las almas. Una le puede durar mucho tiempo, por lo que pasaron bastantes meses desde que su relación comenzó. Casi un año.

Lucian obviamente lo notó debilitado, y eso lo preocupó. Así que al terminar el día, lo llevó a un lugar privado y decidió preguntarle qué sucedía. Se notaba devastado, incluso su voz había cambiado.

-Thresh, aunque no quieras decirme, debes hacerlo, ¿Qué te sucede? Te noto terrible. - Le preguntó sin más.

Thresh suspiró.

-Escucha Lucían, se que debemos contarnos todo, pero hay algo que no te he dicho por el simple hecho de que no quería que te sintieses mal. - Dijo con una voz apagada el ser sombrío. - Se que hace mucho tiempo, yo accedí dejar de robar almas, por ti. Porque te amo. Pero, las almas son mí fuente de alimentación. Me las arreglé con las que tenía, pero... - Thresh le enseña la linterna totalmente vacía. - Ya no tengo nada de alimento. Hace días estoy así. Debía contártelo. Si no hago nada al respecto, moriré.

Obviamente a Lucían le tardo procesar toda la información. Pero cuando entendió, se sintió terrible. Culpable. A pesar de no estar al tanto de aquello.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?...

-No quería que te sintieras mal, ya lo dije. Pero también no quería que te alejaras de mi. No quería que volvieses a pensar que soy un monstruo. De verdad quería comenzar desde cero, sin que supieras mí cruel realidad.

-Me lo debiste haber dicho... - Lucían se aleja de él y le da la espalda, sujetandose la cabeza en señal de frustración. - ¿Y ahora qué harás?

-Esperar mí muerte supongo.

-¡No! No dejaré que mueras. - Lucían mira a todos lados pensando lo que podría hacer. Se le ocurre una idea de la cual no se arrepentiría.

Primero hubo un silencio para pensar con claridad lo que iba a decir, y en eso se vuelve a poner frente a frente con Thresh.

-¿Y si tomas mí alma?

Hubo de nuevo un silencio.

-No sería capaz de tomar tu alma.

-Entonces ve a buscar más...

-No puedo. Ya no tengo las fuerzas para caminar largas distancias. Supongo que me quedaré aquí, a esperar lo inevitable. - Su voz se escuchaba cada vez más ronca y debilitada.

-Te suplico que tomes la mía... No te dejaré morir...

Después de pensarlo un rato, Thresh supo lo que debía hacer.

Percances. | [LUCIAN X THRESH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora