TRAVIS
- Ya déjala, sabes que le gusta llamar la atención -Felicite ríe con maldad y me quita el móvil de las manos- Ay están maravillosas, gracias Trav -toca mi hombro con una sonrisa enorme y me corro, odio que me toque, odio que cualquiera que no sea Beth se acerque a mí-
- ¿Para eso me llamaste? -frunzo el ceño y me cruzo de brazos, bate sus pestañas como si fuera a impresionarme, si supera que me desagrada tanto como su amiga no me mirarían con esa cara de querer follarme. Y mierda, ella sabía que Beth estaría aquí, por eso me llamo y me obligó a mentirle a mi pequeña-
- Si, puedes irte -me guiña el ojo y procede a besarme la mejilla, pero la alejo de un empujón-
- No te atrevas a tocarme, si accedo a hacer lo que tu quieres es por una sola razón y lo sabes -gira sus ojos acercándose a mi-
- No te equivoques Travis, eres sexy y bueno en el sexo, pero eso no impedirá que destruya a esa maldita zorra si no te comportas con nosotras -aprieto mi mandíbula y empuño mis manos, sé que no hay que golpear a las mujeres, pero ella se pasa de hija de puta- Si vuelves a hablarme así compartiré a todo el mundo lo que guardo muy bien, es tu decisión -asiento molesto, sin ganas de volver a molestarla y es que no puedo dejar que destruyan a mi pequeña, no después de todo lo que ha pasado- Nos vemos cariño -dejo que me bese la mejilla y cuando estoy lejos me limpio la cara, me da tanto asco tenerlas cerca de mí, son una maldita plaga y las odio-
Cuando me subo a mi motocicleta observo con cuidado hacia ambos lados, creo saber donde va a espero estar equivocado. Conduzco primero hacia mi casa de donde saco ropa de mi hermana, Hanna, es mas pequeña que Beth, pero de seguro si le queda, tomo calcetines y una manta de mi cama, esto debe ser suficiente para ambos. Voy hacia la cocina a preparar unos sandwichitos, como le decía mi pequeña, sonrío al recordar esa bobada y continúo en lo mío, cuando termino meto todo en una mochila y el resto en un bolso pequeño que amarro a la parte de atrás de mi motocicleta.
Observo desde lejos la casa abandonada en donde solía pasar Beth sus días tristes, hubo un tiempo en el que prefería estar aquí que en su casa y no la culpo ahora que se por el infierno que pasaba. Aparco junto a su bicicleta y sonrío, esa cosa negra y oxidada la tiene desde los diez años, se la dio su abuelo el día de su cumpleaños.
Golpeo la puerta que apenas se sostiene y suspiro, no se escucha nada, probablemente este dormida en ese feo sofá con la gotera a un lado, odio que venga aquí y no vaya a mi casa a resguardarse, aunque tampoco la culpo, ya que no he sido la mejor persona con ella en un buen tiempo.
- Soy yo, Travis -suelto una risita y abro la puerta- Se que la cagué Beth, lo sé y planeo contarte todo en este momento si me das una oportunidad, jamás quise hacerte daño... -cierro detrás de mí y observo mi alrededor, está todo tan sucio y viejo como siempre, dejó lo que traje a un lado y camino hasta el salón en dónde puedo ver un poco de cabello rubio y enmarañado, sonrío instintivamente- Pequeña, solo escúchame ¿Si? Prometo que hay una buena explicación para todo esto... -me callo de inmediato cuando veo la escena frente a mi. Mierda-
Beth está frente a mi con la piel mas pálida que otra veces, las ojeras marcadas y moradas, sus carnosos labios secos y quebrados. Joder, joder, joder. Le quito la jeringa de la mano y lo que creo que es una bolsa plástica de su brazo.
No, no, no.
No se como respiro en estos momentos, no se de donde saco fuerzas para levantar su cabeza y tomarle el pulso, pulso que apenas siento.
- Bethany, joder pequeña no me hagas esto... No, no, no -hablo desesperado, sin saber como ayudarla, está muriendo, y tal vez sea por mi culpa, por querer alejarla de lo que le haría daño en vez de decirle la verdad y ayudarla a afrontarlo- No, no... No me dejes Beth, no me dejes por favor -la tomo entre mis brazos y salgo de la casa intentando hacer lo único que puedo- Quédate conmigo ¿Si? Mantente viva para que pueda ayudarte... -beso su cabeza con desesperación-
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Todo lo que fui✔️©️
AléatoireBETHANY La vida no es color de rosas, eso me quedo claro cuando murió mi abuelo. Patrick Griffin me enseño como ser feliz, me enseñó el valor de las cosas simples, me enseño sobre la alegría y como vivir la vida, pero no me enseño como sobrevivir a...