¡Qué placentero dormir en el aire! La ausencia de ruido, silencio de noche sin estrellas. Abro los ojos y el cielo se torna como el mar embravecido.
Tempestad: hojas, ramas y piedras se levantan. ¡Pareciera que el tiempo perdió medida! Todo gira a mi alrededor con fuerza. Demasiada.
Hojas me cortan y las heridas, manantial escarlata, brotan golosas. Muy en el fondo el murmullo de un teléfono suena y me veo por la ventana acostada durmiendo. Entro, me toco el hombro y abro los ojos:
-¿Hola?
-Te fuiste de tu cuerpo otra vez, te vi paseando cuál fantasma.
-Gracias por avisar.
Corto. Miro mi cuarto. La gente no te deja ser feliz en tu mundo.
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Feria de Sensaciones
Casuale23 historias cortas de intriga, suspenso, pasión y delirio... mucho delirio.