¿Cómo pude estar tan ciega?

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Me tiré en ese sofá de cuero negro como si se me fuera la vida en ello. Sentía todo mi cuerpo pesado y cansado, me dejaba la piel en los escenarios.

-¡Billie! -giré mi rostro y vi a mis padres acercándose. Me besaron la frente a pesar de estar sudada y se acuclillaron frente a mi.

-Has estado genial mi vida, como siempre. -me alagó mi madre.

-He saltado hasta yo, ¡y mira que mis rodillas estaban muertas después de montar la araña! -dijo mi padre emocionado.
Les sonreí, no tenía fuerzas para decir nada, estaba sin aliento.

Finneas apareció al rato, levantando mis piernas y sentándose en el sofá, luego puso mis piernas en su regazo, me quitó las deportivas y masajeó mis gemelos. Suspiré de alivio, qué dolor.

-Ha estado genial, hermanito. -le dije sonriendole.

-Y que lo digas, pero... ¿estás bien? -preguntó.

La felicidad que tenía en ese momento por haber dado un show increíble, se esfumó por completo al recordar lo que pasó en el escenario.

Esa noche presenté mi nuevo tema por primera vez en un escenario; when the party's over.
Esa canción calaba hasta en lo más hondo de mi corazón. Era de las pocas letras que había escrito sin la ayuda de Finneas, era toda puro sentimiento verdadero, mis sentimientos a flor de piel.
La escribí hace un año, una de las muchas noches en las que no podía conciliar el sueño.
Cada vez que estaba distraída, cada vez que no estaba cantando, o cuando no estaba firmando autógrafos, cuando no estaba en el estudio grabando, cuando menos me lo esperaba... su rostro volvía a mi mente.
Su sonrisa, su pelo castaño, sus ojos color café...

Esa noche exprimí mi corazón en aquella letra y hoy, cuando la presenté delante de mis preciados fans, no pude terminarla de cantar porque me derrumbé frente a ellos.
Fueron sus gritos y sus te amo los que me ayudaron a seguir cantando, a pesar de que mi voz estaba rota.
Pero esa canción era ella, esa canción era completamente para _____ Woods.
Tan sólo recordar su nombre el corazón se me volvía a partir y mis ojos se cristalizaban.
Pero luego recordaba lo que me hizo, la traición, y todos esos buenos momentos y el dolor se esfumaban, dando paso al odio.

-Estoy genial. -le contesté a Finneas, abriendo mis ojos y apartando todos esos pensamientos.

-Guai, porque hay que ir a saludar a esas fans tan locas que tienes. -se levantó y me dió un golpecito en el hombro para que lo imitara.

Adoraba a mis fans, ver sus caras al verme, que me recordaran lo mucho que me amaban, los ánimos que me daban porque ellos sabían casi toda mi vida. Los consideraba mis amigos, aunque debía irme con cuidado porque hay fans muy obsesivos y pueden dañarme sin ellos quererlo. Pero los amo, a cada uno de ellos.
Sin ellos hoy en día seguiría en esa universidad estudiando como una loca.
Cantar me gustaba, expresar mis sentimientos en letra y voz, y que a la gente le guste, era un sueño hecho realidad.

Bendito sea el día en el que Finneas subió "ocean eyes" a soundcloud.

A partir de ese día, mi carrera musical fué la via de escape para la realidad en la que vivía. La vía de escape para no pensar en _____ Woods.
Firmé con Interscope Records y grabé mi primer EP, y ahora sólo quedaban dos semanas para publicar mi primer álbum: When we all fall asleep, where do we go?

Todo aparentaba ir de maravilla, pero la gente me reconocía como "la chica depresiva y de ropa gigante."
Mi cara nunca mostraba ninguna expresión, a menos que mis fans me hicieran sonreir.
_____ Woods se llevó mi sonrisa.

Dos años y aún seguía pensando en ella, en el maravilloso tiempo juntas, en sus "te amo", en su sonrisa, en aquella foto, en sus falsas lágrimas el día que la dejé.
Falso, todo falso. Esa chica nunca pudo ni podrá enamorarse de alguien porque ella está rota. No pudo amarme, no quería pensar que me amó porque quien ama no traiciona.

Ser famosa tenía desventajas, pero también ventajas. No tenía mucho tiempo para mi misma ni para pensar en nada, y cuando me apetecía pasar una noche con alguna chica, ninguna se negaba. Y así era mi vida amorosa, pura mierda.

Flashback

-Siento que debo enseñarte esto, Billie. -me dijo Finneas, vino desde Filadelfia para darme su regalo de cumpleaños, un piano que adoré en cuanto lo vi. Pero trajo una sorpresa aparte, una que no me esperaba.

Me tendió un sobre. Lo abrí con ansias de saber de qué se trataba.
Habían tres fotos.
Observé la primera, era _____ en la entrada del Hole, hablando con alguien. Entrecerré mis ojos y mi cara comenzó a estar roja por los celos. Era esa camarera, esa zorra hablando con mi chica. ¿Pero por qué Finneas estaba mudo? ¿Por qué me miraba así?
Dejé la foto sobre la mesa y vi la otra.
Mi corazón se paró al instante.

"No, no, no, no." Repetía en mi mente.

-Billie... yo no quiero que... que estés mal. -Finneas puso su mano en mi hombro, me aparté rápidamente con mis ojos llenos de lágrimas y el corazón en un puño.

Era _____ besando a la camarera del Hole, ¡besándose! No podía ser real, no podía creer que el amor de mi vida me hiciera eso.
Con mis manos temblorosas dejé la foto en la mesa, y me dispuse a ver la tercera.

Me sentí pisada, traicionada, humillada y engañada. Grité con todas mis fuerzas, grité todo lo que pude. Lloré hasta el cansancio. Maldecí a _____ por haberme engañado durante todo ese tiempo, porque en esas fotos me dejó claro que nunca me amó. Quien ama no traiciona.

Volví a coger la foto.

Sí, efectivamente se veía claro lo que pasaba.
_____ y la camarera en una cama, _____ sobre ella. Desnudas.

-Bil, respira. ¡Billie! ¡Respira joder! -Finneas movia mis hombros, pero yo no notaba nada. Todo se me volvía negro, me costaba respirar, me dolía el pecho.
Decidí no volver a ver a esa chica que supuestamente me amaba. Decidí terminar con esa farsa. Decidí olvidarme de ella.

Pero nunca pude.

Ese día la sonriente Billie Eilish murió, dando paso a una seria y callada. Ahora entendía a _____ y su armadura de hierro en el corazón, porque construí una barrera infranqueable. Hasta el día de hoy me ha funcionado, a pesar de que por las noches los recuerdos me atacan sin aviso y acabo empapando mi almohada mientras recuerdo su sonrisa y sus besos, su tacto y su piel. Aún dolía, dolía como el primer día que vi esas fotos. Pero la música me alejaba la mayor parte del tiempo de mis desgracias, mantenía mi mente ocupada.
Me enamoré de una idiota sin sentimientos.

¿Cómo pude estar tan ciega?

In the deep ocean | Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora