Capítulo 10

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Una semana más tarde, Klaus y compañía llegaron al departamento de Cristóbal y Nicole a despedirse. Cristóbal esperaba que su invitado no mencionara el asunto de Verónica, pues Nicole no debía enterarse, había hablado con los doctores de ella y le habían recomendado no decirle nada hasta después de su alumbramiento, para no provocar algún tipo de reacción que le afectara a su embarazo.

Para ser sincero, Cristóbal debió aceptar que la velada fue agradable. Daniela se dio muy bien con Klaus, quien jugó con ella y le hizo algunos trucos de magia que dejaron a la niña hipnotizada. Luego, él le entregó su regalo de Navidad, dijo que el Viejito Pascuero se había equivocado y se lo había dejado en su casa en Grecia, que por eso se había demorado tanto en llegar. Era una diana, un arco, flechas y unas pistolas para apuntar al blanco.

―Para que aprendas tirar. Después le dices a tu papá que te inscriba para aprender defensa personal, toda niña debe saber defenderse.

―¡Gracias! ―La niña le dio un gran abrazo, él le correspondió de igual modo.

Cristóbal observaba la escena con suspicacia, aunque el rostro de su visita no demostró en ningún momento algo de hipocresía.

Tras jugar un rato y de enseñarle a usar el arco y las flechas, que fue lo que más le costó, Klaus los miró a todos.

―Bueno, llegó la hora. ¿Podemos hablar a solas, Nicole?

―¿Conmigo?

―Así, es, no te molesta, Cristóbal, ¿verdad?

―Si ella acepta...

Nicole lo guio hasta el despacho.

―Dígame.

―Quiero disculparme... Otra vez.

―¿Por?

―Por la amenaza que hice a tu integridad aquella vez que estuvieron en Grecia, cuando caíste en la clínica.

―Eso quedó en el pasado.

―Aún me temes.

―Después de la muerte de Verónica... Yo sé que... Usted y ella... Usted sabe que fui yo la que disparé esa... La que apretó el gatillo ―tartamudeó, Klaus se limitó a observarla y esperar―. Sé que no me perdonará por haber asesinado a Verónica y ahora estar con Cristóbal.

Klaus se acercó y le tomó las manos de un modo paternal. Se dio cuenta de que Cristóbal no le había dicho la verdad.

―¿Cómo va tu embarazo?

―Bien, normal dentro de lo que cabe. He debido guardar más reposo del que quisiera. ¿Por?

Seguirás siendo mía (Posesión parte 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora