✧ B.ienvenida*。
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Bienvenidos sean lectores a un fanfic lleno de pasión, amor, dolor y mucho más... básicamente una tenenovela pero con Steven Universe
Pero antes que nada aclaremos algunas cositas para poder disfrutar mejor este Fanfic
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Junto a la orilla de el mar se pueden ver a dos niños jugar, pero que pronto se distanciaran por la decisión de alguien más
-Bueno, creo que es tiempo de irme, mi madre ya me está llamando-. se despidió uno de los niños en sollozos.
-Pero, te vas a ir...y ya no volveré a verte-. dijo el otro niño también a punto de llorar.
-¡Hey!, no llores, mientras tengas esto en tu meñique, nunca estarás solo, estaré contigo aunque no lo creas.
El niño con una inocente y a la vez tierna sonrisa saco de su bolsillo un anillo de lo que parecía ser de plástico para luego ponérselo a el niño que lo acompañaba.
-¿Cres que nos volvamos a ver?-. dijo el niño de rulos con la respiración entrecortada.
-Hey, dije que nada de lágrimas!
-Esta bien -. con la voz entrecortada y con un par de lágrimas, le dedicó una linda sonrisa a su contrario.
-Y respondiendo a tu pregunta, claro que sí, te prometo que nos volveremos a ver-
--Una decisión inesperada--
Otra vez ese sueño, cada vez viene con más fuerza y es algo molesto a decir verdad.
No recuerdo en qué lugar estaba, cuando paso y sobre todo...¿Quién era ese niño? Seguramente si fuera un producto de mi imaginación ya lo hubiera olvidado, pero no es así...
Estoy seguro que es real, el anillo en mi meñique me dice con fuerza que es real, estoy tan frustrado y cansado de tratar de recordar
Me recuesto en mi cama mirando al techo y pienso nuevamente en mi sueño, el mismo sueño que viene desde hace días
Pero todo eso fue interrumpido por la llamada de mi madre, está había gritado un "Baja por favor, es tiempo de un desayuno madre - hijo", sonreí al escuchar eso y procedí a arreglarme. Me levanté de la cama soltando un gran bostezó, fui directo a el baño para lavarme los dientes y sin importar el que llevaba pijama en ese entonces abrí mi puerta y baje hacia donde mi madre me había llamado.
Al llegar encontré a mi madre tan alegre como siempre, desde que le dieron su nuevo ascenso está más que contenta, me saludo con una mano y me sirvió una taza de café con leche.
-Buenos días hijito mío, precioso, mi rey-. dijo tan alegre para luego pararse y darme un abrazo- ¿Adivina qué?.
