Profesor

02

Un mes había pasado desde a la preparatoria, fue una hermosa sorpresa que su profesor de química también le diera matemáticas aunque muchos difieran de esa idea.

Izuku amaría que su profesor también le diera por la noche, pero ni una materia más.

Él no era malo en la escuela pero tampoco el mejor, este mes se había esforzado muchisimo más que antes, esperaba poder recibir atención por parte de su profesor.

Coqueteaba con el profesor cada que se daba la oportunidad, mordía su labio inferior cada lo veía; ya había agarrado confianza.

Se le acercaba cada día sin falta a la hora del almuerzo, despertaba demasiado temprano para prepararle la merienda al malhumorado y aterrador rubio cenizo; a un hombre se le conquist por el estomago, ¿no?

Se sentaba en una mesa en especifico siempre, donde nadie solía acercarse y nadie podía escuchar que tipo de charlas tenían.

-Vas mejorando, nerd- el rubio no era muy hablador y jamás alagaba a nadie, para Izuku eso significaba que podría acostarse con su profesor; pues hoy no le había insultado y Bakugo insultaba hasta a sus superiores

A la hora de la salida, Izuku decidió ir a visitar a su profesor en la sala de reuniones.

Lo encontró ahí, hablando con otros profesores que al peliverde le daban tremendamente igual; tenía la duda sobre si a su amado profesor le gustaba la verdura, con suerte quizá era gay.

Buscó alguna excusa antes de hablarle y cuando encontró la perfecta  le llamó -Bakugo sensei... ¿Puedo pedirle un favor?- estaba muy nervioso, sin embargo el rubio no lo tomó mal y le pidió que continuara

-Bueno ... es que el tren me dejó y quería preguntarle si podría llervarme a mi casa ¿porfi?- 

El rubio lo estuvo pensando un momento, perece que se negará.

Se encontraban en un carro rojo, algo lujoso, el pecoso estaba hecho un manojo de nervios; pero el camino se le hizo aburrido, lo único que pudo obtener de su profesor fue ver la fotografía que se encontraba en la estantera del coche, había una mujer y un niño enmarcados; Izuku rezaba por que no fuera casado y con hijo, no aceptaría ser madrastra.