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Tn entró al baño, encerrándose en él, y se recargó en la puerta, mientras comenzaba a llorar. Había aguantado las ganas de hacerlo todo el día, pues no quería llorar en público ni frente a Sarada. Estuvo allí unos segundos, llorando en silencio, hasta que alguien llamó a la puerta.

– Salgo en seguida.

– Tn, ábreme.

– …

La pelirrosa secó sus lágrimas, tomó aire y abrió la puerta. La chica al otro lado entró, cerrando la puerta tras de sí para luego abrazarla.

– Konan…

– Está bien.

– … –sollozó.

La joven Haruno comenzó a llorar de nuevo, mientras su amiga la contenía.

– ¿Estás segura que quieres bailar? Puedo hablar con Pain y que te deje ir a casa.

– No –negó.– Estoy bien, ya se me pasará –secó sus lágrimas.

– ¿Segura?

– Segura –la miró.– Kon, tengo un contrato con tu novio…no importa cómo me encuentre, tengo que bailar. Soy como…la atracción principal.

– Porque eres hermosa, pero si te sientes muy mal deberías volver a casa.

– Aunque pudiera, no quiero ir y llorar frente a Sara. Prefiero distraerme aquí, así se me pasará.

– …Está bien –sonrió.– Lavate la cara, te arreglaré el maquillaje.

– Gracias –sonrió.

[Depto. de Tn]

– Sarada, necesitas comer algo… –dijo Ino.

La pequeña estaba sentada a la mesa, cabizbaja, no había querido tocar la comida. La rubia la miraba, frustrada y preocupada.

– No tengo hambre.

– Pero…

– ¿Puedo irme a la cama? –la miró.

– … –suspiró.– Está bien. Ve.

Sarada se levantó, se despidió y se fue a la cama. Ino volvió a suspirar.

[Akatsuki Bar]

Tn bailaba pole dance, al ritmo de la sensual música de fondo: 'Love is a Bitch' de Two Feet; los hombres que la veían la alababan, le gritaban obscenidades y le lanzaban dinero.
        

La canción terminó y todos comenzaron a aplaudir y silbar. Ella sonrió y se levantó, lanzó un beso a su público y bajó del escenario; corrió hacia la mesa de siempre, donde estaba su novio y se sentó en su regazo.

– ¿Qué tal?

– Sexy como siempre –la tomó de la cintura y la besó.

Ella correspondió. Cuando comenzaron a quedarse sin aire, se separaron.

– Muñeca, esa canción te queda genial –dijo el pelirrojo.

– Gracias, muñeco –rió.

– Muñeca, me pusiste duro, ¿Me haces un…"baile privado"?

– Claro –rió y se levantó.

– Ya que van –habló Deidara, mirando a su novia.– Traigan más cerveza cuando vuelvan.

– Morirás de sed si esperas, pero como quieras –bromeó el pelirrojo, tomando a la chica por la cintura desde atrás.

– Púdrete –rió.– Ah, dale el dinero a ella, no le des propina en drogas.

Blossom 🌸 Itachi Uchiha 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora