Afrodisiaco | Yoonmin ( Omegaverse ⚠️)

Capitulo 10

Los ojos del de mechones rubios poco a poco se fueron abriendo; inspeccionando delicadamente cada rincón del lugar. Parecía que había dormido días, estaba tan pleno, se sentía en las nubes. Una sonrisita se dibujó en sus rosados labios. 

" Maldición " abucheo el mayor cuando salió de esa fantasía y volvió al mundo real. Sus orbes volvieron a visualizar el lugar " No puede ser " exclamó alterado el de dorados rizos. ¿Como mierda había llegado a la habitación de yoongi ? ¿Quizás fue una acción inconsciente?

De un brinco el pálido muchacho ya se encontraba de pie a un lado de la cama, sin duda su cara era todo un poema. No recordaba una mierda de lo qué pasó la noche anterior. Su mente se había quedado en blanco, lo último que había en sus recuerdos era estar placenteramente en la cama que Yoongi  le había asignado.

(...)

Una curvilínea sonrisa se apoderaba de la cara del menor. El aire despeinaba sus mechones negros y esas gafas de sol lo hacían lucir irresistible. El semáforo cambio a rojo, el embelesado muchacho dio un frenazo el cual hizo que su cuerpo se tambaleara un poco e hizo que saliera del trance que lo traía completamente embobado. ¿Pero como no perderse en ese recuerdo que lo atormentaba? la carita de Jimin y sus perfectos rasgos ¿como no caer por el? Por esos perfectos y abultados labios.

El suave sonido de la puerta abriéndose hizo que el menor diera varias vueltas en su cama tratando de despertar.

" Yoongi " habló sutilmente, casi como un gatito, el de cabellos rubios.

Ante esto el de hebras endrinas  se sentó en la cama de un tirón. Con los ojos nublados, pasó sus manos por ambos ojos tratando de aclarar su vista para encontrarse ante el la figura de un jimin sudado, cabellos despeinados y con un suéter que lo cubría hasta medio muslo, dejando embobado totalmente al azabache.

" ¿Puedo dormir contigo? " volvió a hablar con esa dulzura tan perteneciente a él, o por lo menos así lo olía Yoongi . Ese olor dulce a canela recién puesta sobre un capuchino.

" ¿Pasó algo? " preguntó algo alarmado el de cabellos negros, el mayor con un silencio absoluto se acosto al lado contrario de Yoongi . " ¿No quieres hablar de ello?" insistió el azabache en busca de una respuesta del porqué el mayor le había pedido dormir juntos, pero fue imposible. Jimin se acomodó al igual que Yoongi , dándose la espalda. Unos sollozos por parte del de cabellera dorada llegaron a los oídos del contrario " Jimin pasa...." fue incapaz de terminar la oración.

Jimin se aferró a Yoongi , entre el pecho del azabache sus lágrimas caían, era un mar de lagrimas. El de cabellos negros correspondió al abrazo, con su diestra pasó su mano por esos cabellos dorados como el sol tratando de parar la cascada de llantos que se había convertido el mayor. Así pasaron horas hasta que el mayor quedó rendido entre los brazos de contrario, Yoongi embobado con La Roja nariz de jimin y sus perfectas facciones se quedó admirándolo hasta caer completamente en un sueño placentero.

Quejidos y sonidos de los cláxones de los demás conductores hicieron que el azabache saliera de su trance. Arrancó nuevamente el vehículo poniéndose en marcha hacia su destino. Esa curvilínea y pícara sonrisa se apoderó nuevamente de sus labios; esos hoyuelos ilegales volvieron a aparecer ante la imagen de aquel Jimin tan tierno.

" Mierda " vociferó molesto el menor, un golpe fue directo al volante ' los papeles más importantes ', sin duda jimin hacia qué el peli negro  se distrajera completamente y esto no era conveniente para Yoongi . Lo más rápido que pudo dobló en u de vuelta a la casa. Tenía que descubrir quien eran esos bastardos si o si.

                                  (...)

Cuando el pálido muchacho puso un pie en la cocina, el olor a panqueques de fresa inundaron sus fosas nasales. Con sutiles pasos se acercó a la gran mesa. La luz que se escabullía por el gran vetanal de la cocina iluminó el entorno en el que aquel somnoliento rubio se encontraba. Este a su vez quedó embelesado con la suave y esponjosa textura de aquellos manjares que mágicamente decoraban la superficie, unas fresas rojizas que se veían apetecibles hicieron que el mayor instintivamente relamiera sus labios.