Capítulo 25

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Íbamos en el auto que rento Calle, ya que esa noche de seguro no regresaríamos, me invadía la angustia y el nerviosismo, al recordar las palabras de Calle y en la forma en que las dijo, tan solo pensar en ellas me hacían sonrojar de nuevo, sabía que ella me miraba de reojo y sonreía como si pudiera leer mis pensamientos.

-Ella rompió el silencio y me pregunto que cuales eran mis expectativas para esta noche, le dije apenada que no quería que nos vieran en pleno acto, y mucho menos que nos arrestaran por exhibicionistas, se rió a carcajadas, y me dijo que ella tampoco quería que nos vieran en una situación de esas.

-Entonces ¿qué me piensas hacer?, le pregunte intrigada, quiero hacerte de nuevo mía, y poder recorrer cada centímetro de tu cuerpo y que los únicos testigos esta noche sean el mar, la playa y la luna, y que me dejes amarte hasta el amanecer, detuvo el auto me miro y nos besamos, Poché no olvides que te amo, me tomo de la mano y entrelazamos nuestros dedos.

-Yo también te amo Calle, y no sé qué haría sin ti, tú me hiciste creer de nuevo en el amor, y me quedo corta en palabras para expresarte todo el amor que siento por ti, que romántica eres mi amor me dijo esbozando una sonrisa.

-Te amo más Poché, y tú le devolviste el color a mi vida, ya que antes mi vida  estaba envuelta en una cortina de humo sin salida, y veía todo en blanco y negro, sé que te dije que fuéramos despacio, pero es inevitable no amarte de la manera en lo que hago en tan poco tiempo, y que tú me ames de la misma forma.

-Las palabras de Calle, calaron muy dentro de mí, y ni siquiera note, en que momento empecé a llorar, pero esta vez de alegría, sentí que Calle había desnudado su alma frente a mí, revelando su gran sensibilidad por la manera en que me hablo.

-No llores mi amor no quiero verte triste, me dijo limpiando mis mejillas, lloro de felicidad Calle, al saber que tu sientes lo que yo siento por ti, ella sonrió, nos acercamos un poco y la bese con ternura, transmitiendo en ese beso un sinfín de emociones cargadas de amor.

-Entre risas y coqueteos, llegamos a la playa de Les Marines, ahí calle había rentado una pequeña pero cómoda cabaña, con vista al mar que por suerte quedaba bastante distante de las otras, y equipada con lo último en tecnología, lo que más me llamo la atención, fue la ducha de hidromasajes y no podía faltar una espectacular tina.

-Nos quedamos un buen rato acostadas en la cama para descansar, ya que mi amor me recordó, que quería que en la noche nos metiéramos al mar, ya sabía las intenciones de ella, pero no me importaba seguirla en sus locuras.

-Pedimos la comida ya que era de noche, y prácticamente durante el día no habíamos probado casi nada, nos pusimos trajes de baño y salimos de la cabaña, buscamos el lugar donde casi no nos daba la luz y pasábamos  desapercibidas.

-De nuevo sentí nerviosismo, al saber lo que calle me haría sentir esta noche, y aun más por estar en un lugar público, Calle miro a los ojo, puedo sentir el temblor de tu cuerpo ¿estas nerviosa amor? Si amor, pero  veo que tu no, ¿lo has hecho antes? la mire fijamente a los ojos, no, es la primera vez y lo quiero intentar pero solo contigo.

-No quiero darte a entender que no me dan nervios, porque si los siento, solo que contigo me siento segura, y si tu no quieres no lo tienes que hacer, me dijo en total tranquilidad, amor si lo quiero hacer contigo, solo que a mí me delatan los nervios, y no es que no confié en ti, sino que soy más nerviosa que tú.

-Calle esbozo una sonrisa y nos adentramos al mar, y el agua estaba muy fría, amor me quiero salir, le dije enredando mis piernas en la cintura de Calle, que floja eres Poché, además ya entramos, no te voy a dejar ir.

Empecé a halarle el lóbulo de la oreja a Calle, y su respiración se empezó a entrecortar, no pares Poché, me dijo casi en un susurro, baje a su cuello dándole besos sonoros y dejándole marcas, y ella mientras tanto aprovechaba para apretarme de las nalgas y rozar mi centro son sus dedos.

-Haciéndome sentir placer, quite mis piernas de su cintura, por suerte no era tan hondo y pude quedar de pie, separo sus piernas y empecé con mis dedos acariciar a Calle en su centro hinchado, ambas ya teníamos la respiración errática, nos besamos con frenesí, donde al final después de muchas caricias, llegamos al clímax, y ambas convulsionamos dentro del mar.

-Salimos de ahí y nos acostamos a la orilla de la playa, en realidad ya era bastante tarde, quede debajo de calle y ella comenzó a darme besos en mis erectos pezones, eso me genero una ola de calor en mi cuerpo, el cual empezó de nuevo a reaccionar a sus caricias.

-Bajo la parte de arriba de mi vestido de baño, quedando mis pechos al aire, y una corriente de frío me hizo tiritar, continuo para quitar la tanga, y ella también se despojó de toda su ropa, y en ese momento Calle hablo y me dijo, me encanta sentir tu piel, recorrer tu cuerpo, y perderme en esas constelaciones cósmicas que tú, llamas lunares.

-Mi cuerpo reaccionó al sentir el suyo, pero no le puede responder nada, debido a las miles de sensaciones que experimentaba, ya que mientras ella me decía esas lindas palabras, su mano jugaba de nuevo en mi centro hinchado y palpitante, Poché no me canso de decirte que me encanta que te mojes cuando te toco.

-Esa noche hicimos el amor hasta el amanecer, recorriendo nuestros cuerpos de principio a fin, donde una vez más nos embriagamos al sentir en los labios nuestros sabores, y tal como me lo dijo mi amor, los únicos testigos fueron el mar la playa y la luna que esa noche estaba grande y resplandeciente.

-Terminamos sudorosas, esa noche nos entregamos sin límites, y viajamos al espacio como dos astronautas, teníamos una sonrisa en nuestros rostros, que no se podía comprar ni con todo el dinero del mundo. Nos vestimos y entramos a la cabaña, tomamos una ducha juntas y nos acostamos en la cama para dormir y poder reponer fuerzas, ya que estábamos muy agotadas. 

BLANCO Y NEGRO - CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora