Capítulo IX

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Nota: Se viene el drama a full. Disfruntelo.

Cuando nos sentimos frustrados, no dejamos de pensar en la solución a las situaciones que nos carcomen.

Cuando estamos desesperados, anhelamos algo, que nos es muy difícil obtener.

Y cuando estamos molestos, la ira nos ciega la razón, y somos capaces de cometer actos de locura sin importar nadie.

Yo me sentía así, frustrada, desesperada y molesta.

Podía pensar en muchas cosas en ese preciso instante , pero la mayoría de ellas, no eran buenas. Y todas y cada una de mis ideas, giraban entorno a Lex.

-No entiendo, ¿Por qué fingir ser su novia?.- pregunté confundida y cabreada

Kara se encogió de hombros

-Me dijo que sólo quería encabronarte. Además, es mi amigo y tampoco era una cosa del otro mundo. - respondió ella a la defensiva

-¡Claro! Y como yo no soy tu amiga, que a mi me parta un rayo ¿no? Que linda. - dije de manera molesta

-Yo no he dicho eso.- calló unos segundos y desvío la mirada. - tu también me preocupas mucho

Me giré hacía ella tan rápido, que si bien, pude a ver tenido un esguince en el cuello.

Sus palabras le dieron una paz a mi cuerpo entero, que hacía que la ira y la molestia, se evaporaron al instante

-No me mires así, el hecho de que te compartes como una cabrona, no quiere decir que yo no te quier... el asunto es que te aprecio y

-Espera. - dije yo rápidamente. - ¿Ibas a decir que me querías?

-Porsupuesto que no. - contestó ella poniéndose nerviosa. - Además, ahora que lo recuerdo, tú hace unos minutos me has dicho que estaba celosa de Lex ¿Por qué?. - contrataco Kara

Me rasque el cuello en sinónimo de vergüenza, se me había ido demasiado la lengua.

-Pues ... porque me gustas, ¡Vale! - dije finalmente.- cuando estoy contigo siento demasiadas cosas extrañas dentro de mi. Al principio no queria aceptarlo, porque tenía miedo - suspiré- y podrá soñar muy cliché, pero desde el primer día que te vi, supe dos cosas: que serías un dolor en el culo y que eras, en definitiva la mujer más bonita que alguna vez haya podido ver.

Me sonroje salvajemente.

-Tú también me gustas muchísimo.- respondió ella con la cara roja de pena. - No sé cómo pasó, pero cuando me di cuenta, ya sentía mariposas dentro de mi cada que te veía.
Cuando te vi en la sala de mi casa, el día de mi cumpleaños, sentí una oleada dentro de mi. Silenciosamente, esperaba que fueras, pero, dadas las circunstancias, no sabía si lo harías - sonrió - pero, apareciste, y terminé por sentirme la mujer más felíz del mundo.

Aquella confension no la esperaba, tenía que admitir que me había tomado completamente por sorpresa. Pero sin duda alguna, mi corazón estaba inflado de felicidad.

Le esboce una pequeña sonrisa, y abrí mis brazos

-Kara.- dije yo al mismo tiempo que me acercaba a ella

-¿Si?.- respondió ella en voz baja

-¿Puedo abrazarte?. - pregunté.

Ella no respondió, sólo atino a lanzarse a mis brazos y dejarme envolverla con cuidado y delicadeza, como si de una flor se tratase.

Si dijera que tener a Kara entre mis brazos no había sido la mejor sensación que había sentido en toda mi vida, estaría mintiendo.

Era una pequeña personita que se aferraba a mi cuerpo como si su misma vida dependiera de ello, y eso era algo que me encantaba.

The Last Kiss (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora