Una más del mercado

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La baba de Frisk caía por su boca como nunca antes, ni siquiera sabía si podía llorar, sudar, o babear. Pero sin duda alguna, su nariz estaba extasiada por el aroma de las cantidades de comidas de las tiendas. Siempre había comido para saciar el hambre, pero esta es la primera vez que sentía que deseaba comer por placer.

¡Este sin duda era el olor con el que había estado soñando...!

"Oye enana, quita ya esa cara de hambrienta, parece que no has comido nada" Undyne le levantó su única ceja disponible, pese a su tono pesado de voz, su rostro decía que solo estaba de broma.

Frisk estaba a punto de responderle, pero recordó que Sans no estaba allí para ayudarla a qué Undyne la entendiese. Sien embargo, su estómago dió la respuesta precisa, gruñendo estruendosamente.

"Vaya, ¿quien necesita el windings cuando tus propias tripas te delatan?" Rió "vamos por algo de comer, ese vestido es importante, pero estar llevando peso muerto lo hará más difícil de conseguir" sonrió ampliamente.

Entraron en un establecimiento cubierto por una tienda antes de entrar, el aroma a... No sabía exsactamente que era, pero cada cosa del menú que le ofrecieron, tenía tan buena pinta... Lastima que no estaba en windings para leerlo. Sin embargo, la capitana ya parecía tener no solo el lugar, si no que la orden ya descidida de ante mano.

"Yo me ocupo" sonrío.

Y sin demora alguna, un plato de varillas suaves y humeantes fue puesto frente a ellas.

"Se llama fritura, disfrútala" dijo ella tomando una gran cantidad con una sola mano.

Frisk no pensó dos veces en imitar a la mujer. Dios, estaba en el cielo comiendo lo que fuera que sean estás cosas, y Undyne parecía muy satisfecha con su actuar tan atrevido.

"Son patatas, Sans y yo solemos venir aquí sin que Papyrus se entere. A ese quisquilloso no le gusta nada que contenga grasa ¡Si la grasa es lo mejor que puedes encontrar en una comida! ¡NGHAA!"

Así que Sans suele venir a este lugar regularmente, a comer... Patatas. Ella sonrió y se encontró con una botella de color rojo gente a ella, espabilandola del recuerdo del esqueleto.

"¿Ketchup? Aquí entre nos yo soy más fiel a la soya, Sans es más fiel a... Está cosa hecha de tomates"

Ni idea que era un tomate, ni tampoco que era soya.

"Toma, prueba a hecharle, es una salsa" dijo ella mientras apretaba la botella con fuerza con una sola mano, rompiéndola en dos, desparramando toda la salsa sobre las patatas "eh... No comas eso ahora"

Frisk no perdía nada con intentarlo. Así que ignorando la advertencia, tomo una patata embarrada en ketchup y se lo comió.

Era dulce, era salado, y volvía a sentirse dulce... ¿Que era está cosa?

La chica, como si no le importará en absoluto la cantidad comenzó a comer sin importarle embarrarse las manos.

"Que asco... Así que tienes algo en común con ese saco de huesos flojos" dijo apoyando los codos en la mesa "Pero el lo hace aun más desagradable, una vez hice una apuesta con el, incitandolo a que si era capaz de tomarse una botella completa de estas, cada vez que vinieramos aqui, la que pagase sería yo"

Frisk la miró con curiosidad.

"El imbécil no me dijo que ya había estado tomando botellas a escondidas en vez de alcohol como los monstruos normales. Según el, es mejor que un whisky en las rocas ¡Bah! Y no deja de recordarme cuando estampó la botella en la mesa y me dijo con esa sonrisa: gracias por la comida, capitana ¡NGHAA!"

Mi pequeña sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora