Capítulo 1

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Uno. — grito, mientras dejo mi penúltima carta, un cinco azul.

Adri, mira sus últimas cuatro cartas detenidamente, coge una, pero inmediatamente cambia la carta y lanza un más dos amarillo, Sebasthian que es el siguiente, le suelta una sonrisa traviesa — Con qué así estamos... — exclama, mientras avienta un más dos rojo.

Liza, frunce el ceño, mientras que mira la cara de mis amigos, cada uno tiene en su boca una sonrisa de complicidad, ella sonríe tímidamente. —No quería sacar esta carta...— dice en un tono muy bajito, apenas audible. —pero no me dejan elección, yo no pienso comerme esas seis cartas. — Concluye, mientras deposita un cambio de color más cuatro. — Azul.

Thiago, que es el siguiente, suspira mirando a Liza con un ojo fruncido. —¿Sabes qué te amo?— dice mirando fijamente a la aludida, mientras que suelta un más dos azul.

Parpadeo, y miro detenidamente mi última carta, un uno verde. Tengo ganas de llorar, de verdad, estuve a tan poco de ganar mi primera ronda. Busco con mi mirada a Adri, estoy segura que se está aguantando la risa.

—¡No es justo!— Chillo, mientras que mis supuestos amigos sueltan la carcajada. Boto mi última carta en el montículo de cartas. — Renunció. — Hablo mientras que me paró del piso de la sala y me tiró al sofá.

— Venga, Mila, aprende a perder. —Dice Adriana, secándose un pequeña lágrima que escurre de su cara.

—¡Tú eres una traidora! —Chillo, mientras que la acuso con mi dedo índice, ella se está parando del suelo, y va caminando hacia la isla de la cocina. —Se supone que teníamos un trato, una alianza.

—Pero sí son tramposas. —Habla Sebas, cogiendo el control del televisor encendiendolo. —Las alianzas en Uno, son mortales, se supone que ya deberías saber eso.

—Confirmo. — Habla Liza, terminando de recoger las últimas cartas y metiendolas en su cajita. — Además, eso es caer muy bajo.— Sentencia la castaña dejando la cajita en su puesto.

— No fue mi culpa, Mila. Yo no sabía que ellos iban a continuar la cadena. — Dice Adri, desde la cocina. Aproximándose con una bandeja en sus manos, dónde trae varios casos de Coca Cola.

—De igual forma, es injusto. —Extiendo los pies por todo el mueble. Thiago, que está en la otra punta del sofá, tiene su celular en las manos, está chateando con alguien. Estiro mis dedos del pie, sujeto el celular de él entre mis deditos, y lo tiró al suelo.

—¡Oye!, ¿Por qué haces eso? — gruñe mientras tiras mis pies de sus piernas y se levanta a coger su celular. — Estaba en algo importante.

—¿Ya estabas ilusionando a alguien? — Me burlo.

—No, yo no soy como . — Dice, y escucho los Uhhh de los demás.

— Fue por qué lo aprendí de ti. — sonrió, mientras cojo el vaso que tiene Adri en la bandeja. Le doy un buen sorbo, y dejó que la Coca Cola, haga su efecto en mí. — Además, se supone que, hoy estaríamos sin celular. Baboso.

—Hablaba con mi mamá. — masculla, — quiere que me vaya ya.

—¿Y eso? — inquiere Sebas. — Se supone que todos nos quedamos hasta las nueve. Además, vives literalmente al frente.

— Por dos. — Sentencia liza, tomando el control del XBox, Se sienta al lado de Sebas que está tratando de poner algún juego.

— Lo sé, pero, mi mamá quiere que la acompañe a comprar los víveres. — Termina el moreno, dejando el vaso de vidrio en la mesita del centro. —Saben que me hubiese encantado quedarme a jugar con ustedes. Pero no siempre, les puedo ganar en Call of Duty. — agrega con burla.

La Historia de Mila | PaulaBetweenBooksWhere stories live. Discover now