parte única

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El cuchillo se adentraba una y otra vez entre sus entrañas mientras la sangre comenzaba a escurrir cada vez más por su torso y sus manos, tiñendo el piso con diversas tonalidades de rojo. El tic tac del reloj en la pared principal solo taladraba en sus oídos, dejándole ver como el paso del tiempo le comenzaba a pasar cuenta, pues se supone que solo iba a demorar a lo más, quince minutos, pero ya llevaba media hora. No podía evitarlo, adoraba la manera en que la sangre se escurría, como la carne se abría y como su mente le decía que estaba haciendo lo correcto si era por verle a él.

Con torpeza, como si estuviera ebrio luego de aquella copa llena hasta arriba de adrenalina, JungKook es capaz de levantarse, quitando de su rostro con el dorso de su mano cualquier rastro del espeso líquido que hubiese saltado mientras apuñalaba a aquel sujeto. No se podía quejar, la emoción le había pasado factura. Estaba ansioso, aún más cuando el ambiente a su alrededor comenzó a ponerse cada vez más frío junto a su aliento saliendo de su boca como si fuese vapor, semejante a lo que ocurría en las épocas bajas.

Ya estaba allí.

El brillo en aquellos apagados ojos sería algo que jamás podría olvidar, pasara el tiempo que pasara. TaeHyung mira a JungKook de una manera que este último no puede identificar, como si le estuviese recriminando algo, pero se siente incapaz de deducirlo.

—Se supone que ya habíamos hablado de esto.

La voz de la parca sigue siendo igual de grave y dura como la primera vez que la escuchó hacía ya varios años, pero no se inmuta, ya ha aprendido. Ahora es valiente. Una sonrisa torcida se dibuja en su rostro a medida que se acerca a aquel ente flotante, cantándole en voz baja una canción al azar que llegó a su desquiciada cabeza.

—Supones, correctamente. Yo no lo recuerdo, ¿cómo es posible recordar algo que me dijiste hace quién sabe qué cantidad de años?

Contraataca, y sabe que ha ganado porque TaeHyung solo suspira para apartarse de su camino y evitar que le ponga una mano encima. Se supone que debería estar acostumbrado a la personalidad tan espontánea de aquel humano, pero no podía, había algo que le decía no, no, y no. Acaba por solo seguir ignorando al chico que intenta llamar su atención, concentrándose en el alma de aquel sujeto para así retirarla de aquel cuerpo horriblemente maltratado. ¿Así que ya lo había descubierto? No le sorprendía, no era la primera vez que hacía algo como eso.

—Ya no sigas, te lo he dicho, te lo dije esa vez y te lo vuelvo a repetir, ¡no podemos estar juntos!

Su tono de voz hace sobresaltar a JungKook, el cual de cierta manera se extraña, pues es la primera vez que le ve alterarse de aquella manera, y si es así, es porque quizá está hablando muy en serio. Parpadea repetidas veces, dejando caer el cuchillo al piso con un ensordecedor retumbar en las paredes debido a la carencia de sonido a esas horas de la madrugada. Deja escapar desesperados sollozos mientras cae al piso, sujetando su cabeza que acaba por acomodarse entre sus piernas. Está bien, él estará bien, está haciendo lo correcto.

TaeHyung solo le ve desde su lugar sin inmutarse, sabe que no puede hacer nada aún si siente aquel sentimiento de empatía carcomerle por dentro cada vez más. Es la muerte, por dios, él no puede ser feliz, él no podría enamorarse de un simple mortal que en cualquier momento podría partir de ese mundo, y no quería ser el encargado de llevar su alma hasta el más allá. A sus oídos llega el vago susurro de la voz de JungKook repetir una y otra vez que está bien, por lo que solo toma con sus esqueléticas manos una manta que hay a su alcance, dejándola caer sobre sus hombros, y aquello es suficiente para llamar la atención del chico que levanta sus vidriosos ojos a causa de las lágrimas. Hasta se veía adorable, aún con la camiseta embarrada en sangre.

» Occhi Freddi [KookTae/TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora