Odio las jornadas estudiantiles. Nos obligan a asistir únicamente para ver cómo los nerds de todo el instituto presentan sus estúpidos proyectos que, a decir verdad, solo les interesan a sus padres, a los profesores y al director.
Si esta mañana me hubiera pisado un tren mientras cruzaba las vías para venir a este infierno, juro que habría sido menos sufrimiento que estar soportando esta situación.
-Voy al baño, no aguanto más a este imbécil. Y no te preocupes por mí, me quedaré dando vueltas por ahí.- le susurré a mi amiga mientras el director daba su clásico y monótono discurso de apertura.
A ella le gustaban este tipo de cosas, así que solo se limitó a asentir y seguir escuchando esas inútiles palabras.
Me abrí paso entre la multitud de nerds y adultos que se había formado detrás de nosotros. Caminé por el desolado pasillo del instituto hasta llegar a los baños. Tenía que matar el tiempo de alguna manera. Entré, me lavé las manos y la cara, acomodé un poco mi cabello y salí.
Me llevé un gran susto cuando vi que en la entrada del baño de los hombres se encontraba fumando Michael Clifford, el estudiante de último año muy bien reconocido por su rebeldía y su manía de follarse a todas las rubias plásticas del instituto. Asco.
-¿Qué hace una chica tan preciosa e inteligente por aquí, y no escuchando al idiota hablar estupideces?- me observó de pies a cabeza y mordió su labio inferior.
Primero: no soy preciosa, y tampoco muy inteligente que digamos. Tan solo échenle un vistazo a mis calificaciones.
Segundo: ¿y a éste qué bicho le picó?
Tercero: maldición, ese aspecto de chico rebelde es jodidamente atractivo. Sus ropas negras; el pelo teñido de color verde manzana; las orejas perforadas, al igual que una de sus cejas; un dejo de color negro delineando sus párpados inferiores, resaltando sus ojos verdes; los tatuajes de sus brazos. Que alguien me controle, por favor.
-¿Y tú qué haces fumando aquí sabiendo que no está permitido?- que genialidad de respuesta, ____. Bien hecho. Me merezco mínimo una bofetada. Estaba delante de un rebelde nato y lo “regaño” por estar haciendo algo que es obvio que él haría.
-Mmm, chica difícil. Respondes a las preguntas con más preguntas.- relamió sus labios y se despegó de la pared –Por cierto, creo está bastante claro que me importan una mierda las reglas de este jodido lugar.-
<< Oh sí, Clifford. Pagaría lo que fuera porque me miraras fijamente a los ojos y dijeras cada una de todas las malas palabras que conozcas. >>
¡CONCÉNTRATE, ____!
La voz de mi subconsciente me sacó de mis pensamientos.
-En qué estarás pensando…- una sonrisa se asomó en su rostro por unos segundos mientras que se acercaba a donde yo estaba parada.
Dio una calada a su cigarrillo y, tirando la cabeza hacia atrás, expulsó el humo. Dios santo, ese maldito cuello. Su piel era tan pálida, y esa nuez...
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Green Light - Michael Clifford oneshot smut.
Short StoryOneshot con contenido sexual.