CRÓNICAS DE LA ARENA LAZOS
CAPITULO 14: JOVEN RETOÑO DE CACTUS.
― ¿Cómo sé que puedo confiar en ti? ―dijo directamente la rubia al ver la seriedad con la que le hablaba el Quinto Kazekage―. Tu palabra no tiene peso para mí. Fácilmente puedes decir una cosa para conseguir algo a tu favor, y cambiarla luego, ya que nadie puede discutir tu palabra, por tu rango...
― Usted discute mi palabra todo el tiempo y no he actuado en contra de ello ―expresó el rojizo, con total convicción―. ¿No es eso prueba suficiente de que al menos deba considerar lo que pienso proponerle?
― Cambiándonos de posición ¿Usted lo haría? ―Ann entrecerró sus ojos, para luego dibujar una sonrisa burla al ver que este perdía ligeramente la confianza reflejada en su rostro, ante su última respuesta―. Ya veo...
― Si eso no es suficiente, podíamos llegar a un punto de vista en común...
Un sonido insistente proveniente de afuera de su despacho, lo interrumpió.
Dio la aprobación para quien sea que fuese, pasara.
― ¡Buenas días Kazekage-sama! ―dijeron dos voces a coro con entusiasmo, mientras caminaban hasta muy cerca del escritorio del rojizo, entregándole los papeles que llevaban consigo como si fuesen algún tipo de ofrenda―. Nada nuevo que reportar en la entrada oeste...
Ambas subordinas se detuvieron en su hablar al ver que Gaara no se encontraba solo.
― Ah, buenos días...
― Buenos días... Ann-sama
La rubia que no saludaba ni al rojizo, menos les respondería a ellas.
― Yo tengo el tiempo limitado ―soltó directo hacia el Kazekage, descruzando sus brazos, como si tuviese intención de marcharse―, no estoy para estar esperando...
Y es que lo cierto es que esta era la segunda vez que los interrumpían, en los pocos minutos que hablaban.
― Espere, esto son solo improvistos, continuaremos con nuestra charla en breve ―el rojizo tomo los papeles de aquellas dos, para dejarlos de lado en su escritorio―. Sari, Matsuri, pueden retirarse.
Las dos asintieron, para luego irse en silencio, pero sin poder evitar mirar de forma extraña a la Taiyō, como si su presencia ahí las afligiese de algún modo y quisiesen expresarlo.
Cosa que pasó desapercibida por los superiores, que volvieron a mirarse de forma fija.
― Siento la interrupción, retomemos el tema en cuestión. Tal vez usted no lo note, o no quiera aceptarlo, pero estamos en el mismo lado de una moneda ―empezó a explicarse―. Ambos fuimos marginados por nuestros superiores en el pasado al ser una amenaza viviente para ellos y su estilo de vida. Trataron de derrocarnos, inculparnos o exterminarnos, pero seguimos aquí. Fieles a nuestros propósitos.
― Propósitos muy diferentes ―le interrumpió Ann, con ligera molestia aclaratoria.
― Discrepo en ello, no creo que seamos muy diferentes ―expresó el quinto, suavizando su mirada de forma gentil, ya que no había falsedad en lo que acababa de decir―. Pero respeto su punto de vista. De todas formas, creo que le sería beneficioso que mantengamos una mejor relación... una enemistad no sería benéfica para ninguno de los dos, pero si para quienes aún desean extirparnos del poder.
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CRÓNICAS DE LA ARENA : LAZOS.
Fiksi Penggemar¿Qué son los lazos? Nunca antes se había hecho esa pregunta con tanta seriedad. En su joven vida solo había deseado saber que había sido amado por su madre; y ahora lo sabía, y era reconfortante, pero... ese solo era un lazo, de los tantos que tend...