Un reencuentro bajo el sol

Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí.  Hoy no les traigo una actualización, pero sí les traigo una historia con capítulo único.  Sí, guapas y guapos, es un One-Shot, algo largo eso sí, poco más de 7.000 palabras, pero es un One-Shot al fin y al cabo.  Me inspiré en mis vacaciones, ya que fui al sector costero y la pasé genial,  pero debo reconocer que no lo disfruté tanto como lo hicieron Temari y Shikamaru en el relato jajajaja, ellos están en otro nivel :D  Espero que disfruten de la historia tanto como yo disfruté escribiéndola. 

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y me dejan uno que otro comentario, a las que votan, a las que agregan mis historias a sus listas, a las que me siguen y a las que simplemente me leen.  Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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Este One-Shot lo dedico a las personas que dejaron uno que otro comentario en mi última actualización: LindaCameron0, trilextl17, Carmen_tz, Temari_05_Nara, Nara-Lourdes, lavalley1402, panteraloquita, HEYEARJA, TemariNara377, Shikamarunosabaku, JessicaMartinezAguil, Princesa_Temari, Temari15Nara, Sha-Tea, FabiMer01, MakamenroyMaxloma, ysacano7 y shikatema_nara. Gracias por comentar, les mando un gran beso y un fuerte abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.  La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Un reencuentro bajo el sol

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Por fin me había podido escapar del ruido y del estrés de la ciudad.  Estos últimos meses habían sido un completo infierno, con suerte tenía tiempo para ir a almorzar. El exceso de trabajo había sido demasiado notorio, luego de que la compañía a cual pertenezco se haya fusionado con una reconocida transnacional.

El destino escogido para pasar mis vacaciones había sido el País de las Olas.   Lugar  paradisíaco que se destacaba por lo hermoso de sus  paisajes como también por su tranquilidad. En simples palabras: un sitio perfecto para desconectarse del mundo.

Era mi cuarto día en modo vacaciones y como todas las tardes fui a tomar sol a la playa.  De todas las opciones de ocio que existían aquí, ésta era la que más me encantaba.  El aire y el ruido del mar lograban que mi mente viajara y se imaginara una vida perfecta en este espléndido lugar. Una verdadera quimera para una mujer trabajólica como yo, aunque creo que todos esos sueños locos se debían a que yo no tomaba sol en cualquier playa, sino que iba una pequeña ensenada secreta que estaba oculta detrás de una enorme roca, la cual la separaba del resto de la costa.  Una amiga me la había enseñado hace como dos veranos atrás y la única forma de acceder a ésta era nadando.  Era cansador nadar alrededor de esa gran roca, pero valía la pena, ya que esta calita era maravillosa.

Cada vez que llegaba a la orilla de la calita, exhausta por el nado, hacía el mismo ritual: me quitaba la mochila impermeable que cargaba en la espalda, para luego tirarme sobre la arena y descansar.  Minutos después me iba a bañar para sacarme la arena que tenía pegada en el cuerpo y así poder recostarme a leer sobre mi toalla.  Estaba leyendo una novela romántica-policial, y éste sin duda, era el mejor sitio para disfrutar de mi lectura.

Llevaba casi media hora sumergida en mi novela, cuando de pronto mi rostro quedó en sombra por más de un minuto.

—¿Quién mierda me está tapando el sol? —susurré extrañada, frunciendo en entrecejo.