Las olas chocando contra las rocas se escuchaban desde lejos, dos chicos se veían caminando en el puente que estaba cerca.
—Louis, mi amor, mírame a los ojos por favor—No quería, porque no entendía, según lo que Harry le había dicho él no quería que le dijera de su relación a las demás personas solo porque su bello novio no quería decirle a su familia que era gay.
—Es que Harry... Entiendo que le tengas miedo a lo que te dirían pero quieres que vivamos juntos y no le quieres decir a tu familia—Ni siquiera sabía como iba guardar todo eso.
—Te amo y enserio se lo diré algún día a mi familia ten paciencia—Sus ojos brillaban con tanta ilusión como decirle que no a esos ojos verdes que lo tenían atrapado profundamente.
—Esta bien, me iré contigo solo prométeme que les dirás sabes que viviendo juntos ya no será tan fácil ocultarlo—
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—¡Es que aquí el problema eres tú Louis!—
Lágrimas caían de los ojos de ambos, los sollozos de Louis y los gritos de Harry resonaban en toda la habitación, el más bajo se preguntaba cómo es que llegó a esa situación.
Le dolía escuchar que el amor de su vida lo tratará de ese modo, él nunca hubiera querido que lo supieran pero no eran muy discretos al momento de estar juntos.
—Harry solo escúchame, ellos se dieron cuenta por si solos yo nunca les conté, no era mi intención pero ellos lo descubrieron— Por qué le hacia esto, simplemente quería ser feliz al lado de su chico pero a él las cosas nunca le salen bien.
—No me mientas Louis, no te hace bien hacerlo— Lo tomo del cuello y le preciono contra la pared, sintió un horrible sentimiento de miedo instalarse en su cuerpo.
—Harry, bebé sueltame por favor— El dolor se hacía cada vez más fuerte, su ángel se había convertido en un monstruo en un abrir y cerrar lo ojos que estaba pasando —Cariño, reacciona— Estaba tratando de que las manos del chico ya no precionaran su cuello pero era más fuerte que él lo cual era muy obvio.
Lo dejo caer y tomo tanto aire como le era posible, al momento de tocar el suelo se dobló el tobillo pero eso era lo de menos. Harry le daba una mirada de odio que nunca creyó ver.
—Si mi familia se llega a enterar de todo esto, considerate hombre muerto— El rizado salió de la casa azotando la puerta y dejando al bello castaño tirado en el suelo.
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Estaba en casa de su madre, ella era una mujer muy sabía, tal vez le ayudará con los problemas que seguramente se le vendrían encima.
La familia de su pareja nunca aceptó que fueran pareja, ellos querían descendencia por parte de Harry y no les permitirían adoptar.
—Y a que se debe el placer de tenerte en mí humilde hogar.— Cuando lo vio supo que era demasiado serio de lo hablarían. —¿Cuáles son los problemas que te atormentan cariño?.—
—Creo que debo separarme de Harry— No le asombro la noticia —Me hace demasiado daño y lo amo pero me amo más y se que no debo sufrir esto, pero, está mi corazón gritando que quizá el cambie que solo hablé con él. No sé que hacer— Le dolía el pensar que ese hombre le hacía daño a su bebé, ella supo en el momento en que le comento que mantendrían en secreto su relación nada bueno saldría de eso.
—Bebé en el mismo segundo en que supiste que no te haría bien esto debiste hablarlo con él, cuando le digas que no quieres estar con él, te dirá de todo para que te quedes, es tu decisión el darle una segunda oportunidad.— Le acarició la mejilla justo donde se le veía un poco de color morado— Si le das otra oportunidad y realmente cambia quédate, pero si no ves ningún cambio, te vas y aquí estaré yo para recibirte con mis brazos abiertos.—
