Capítulo 49

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—Eres la chica más hermosa que he conocido.

Nos encontramos sentados en el sofá de su departamento mientras miramos Titanic en la televisión. He visto la película más veces de las que puedo contar, pero aun así me emociono con cada parte romántica de Kate y Leo. Esos dos sí que tienen química… Es innegable.

Sonrío al sentir sus labios en mi cuello y decido no hacérselo fácil.

—Las modelos que salieron contigo están mucho más buenas, cariño.

El gesto de Patrick se contrae al oír eso y no puedo evitar reír.

—Pero cuando amas a alguien de la forma en la que te amo yo, todas las demás no importan. Todas pierden su sensualidad porque sé que al final del día sólo tú estarás para mí.

Me tiro sobre mi cursilón y lo beso. ¡Es más romántico que Leo! Patrick invierte los papeles con facilidad y me voltea dejándome entre su cuerpo y el sillón. La película queda olvidada en la pantalla porque sólo me interesa besar a mi rubio hasta el cansancio y sé que él quiere lo mismo que yo. Nos comunicamos con la mirada y para cuando la película está llegando al final, los dos estamos desnudos, exhaustos y satisfechos mirando la pantalla.

***

Ajusto mi vestido y le sonrío a mi reflejo en el espejo. Estoy para comerme, diría Tara y sé que Pat pensará lo mismo cuando pase por mí. La cena por nuestro primer año de novios llegó demasiado pronto y ni siquiera sé en qué pasó tan rápido el tiempo.

Los recuerdos más lindos son los que más tiempo te tomas en buscar. ¿Por qué es así? Las desgracias que uno vive, llegan al cerebro en cuestión de segundos y con todos los detalles. Pero la felicidad es dura y siempre se esconde para que tengamos el trabajo de buscarla o lo más difícil de todo… Encontrarla.

Mi chico pasa por mí a las ocho en punto y sonrío cuando lo dejo con la boca abierta. Pat es fácil de sorprender. Cuando llegamos al restaurante, noto que está más callado de lo normal y eso no debe traer buenas cosas.

Nuestra mesa está justo en el centro del lugar y no es algo que me agrade mucho, siento que todos me ven desde un ángulo diferente y es jodidamente incómodo. Decido ignorar mi negatividad y me siento para comenzar con nuestra deliciosa cena de aniversario. Patrick, que ama hablar y a diferencia de su falta de palabras en el auto, no se calla ni un momento y me hace dudar sobre cómo ingirió todos los alimentos de su plato si sólo se dedicó a darme charla. Cuando estamos saboreando el delicioso postre, su mano toma la mía por encima de la mesa y lo miro buscando lo que sea que quiere decirme.

—¿Te parece si seguimos la celebración en casa?

¡Qué romántico! Pero consciente de que lo deseo tanto o más que él a mí, asiento con la cabeza y cinco minutos después estamos saliendo por la puerta del precioso restaurante.

—Pat —lo llamo una vez que llegamos al auto—. ¿Sucede algo?
Él me mira por varios segundos y su gesto se endurece.

—Eres imposible, ¿sabías?

Lo miro sorprendida, él resopla enojado y me deja sin palabras. ¿Y ahora qué hice?

—¿Qué? —balbuceo, pasados unos segundos.

—Llevo un mes planeando esta cena para poder pedirte que seas mi esposa y ni siquiera me dejas llegar a casa para poder hacerte el amor y ponerte el anillo que tanto tiempo llevo guardando…

Lo beso. Lo callo con mis labios mientras siento su sonrisa crecer. Su boca juega con la mía por varios segundos hasta que nos apartamos en busca de aire.

—Me asustaste —susurro sin apartarme por completo de su cuerpo.

—¿Eso es un sí?

Asiento de forma efusiva y él vuelve a besarme con la misma pasión. Oficialmente estoy comprometida.

***

Azoto la puerta con demasiada fuerza haciendo que Tara salte en su cama por la impresión, estoy rabiando y necesito que mi amiga me escuche más que nadie.

—Terminamos —gruño.
Me llevo las manos a la cabeza y mi amiga me mira desorbitada porque sabe bien a que me refiero.

—Em, ¿no tiene solución?

—¡Dos años! —exclamo exasperada—. Dos malditos años le dediqué al infeliz, me engañó y lo perdoné, pero ya no pude soportarlo más Tara. Me enferma la relación tóxica que desarrollé junto a él, no puedo verlo hablar por teléfono alejado de mí porque siento que está hablando con otra chica y eso me está volviendo la clase de persona insegura que nunca fui.

Me tiro en la cama y me cubro la cara con las manos en un intento de controlar los pequeños sollozos que abandonan mi boca.

—Em…

—Lo sé —suspiro—. Sólo necesito tiempo para superarlo, pero duele muchísimo no haber sido suficiente para él.

—No significa que no seas más que suficiente para alguien más, sólo debes encontrarlo y mientras tanto seré tu hombro. —Tara sonríe y limpia mis lágrimas—. Puedes compartir tus mocos conmigo siempre.

Sonrío a pesar de que me duele el corazón y acepto el abrazo de consuelo de mi amiga. Pase lo que pase ya no hay vuelta atrás y Patrick Levinson estará muerto para mí.

***


Patrick Levinson estará muerto para mí. Muerto… muerto… muerto. El recuerdo me sacude mientras que la condenada palabra se repite sin cesar y hace que mi cabeza explote ante la imagen que se desarrolla frente a mí.

Sin importarme un bledo mi vida me tiro sobre el cuerpo inerte de Patrick. Sus ojos azules aún están abiertos para mí y su mirada sin alma quedará por siempre grabada en mi memoria.

Sé que Dawson sigue ahí, sé que aún me está apuntando con el arma, pero en este momento prefiero morir por sobre todas las cosas.

—Pat…

Mis sollozos hacen que me duela todo el cuerpo, pero el corazón se me va a partir en millones de pedacitos. Lo abrazo con fuerza y me aferro al poco calor que queda en su cuerpo. La sangre mancha mis manos mientras presiono la herida con la esperanza de que eso lo traiga devuelta.

—¡Levántate! Sabía que este maldito inútil nos iba a traicionar.

—Patrick —grito con desesperación.

Ignoro completamente a Dawson porque no me interesa lo que me haga. Las lágrimas pesadas siguen fluyendo y mis extremidades tiemblan de impotencia porque no puedo volver atrás. Patrick lo fue todo para mí antes de que le entregara mi corazón a Zac y siempre lo traté como basura porque estaba molesta. Él sólo quería mi perdón por haberme engañado y por haber provocado el peor trauma de mi vida, me duele no haberle dicho que lo perdono y que siempre lo querré.

Mis labios besan su mejilla y acaricio sus pómulos por última vez. Toco su cabello y dejo que la suavidad rodee mis dedos por última vez. Miro fijamente sus ojos antes de cerrarlos a la fuerza y me grabo su mirada azul por última vez. Todo se reduce a su final y me lleva consigo.

—Te perdono, Pat y siempre te querré —susurro… por última vez.

¿Quién más está llorando? Quise resumir la historia de Em y Pat con esos tres recuerdos para que vean que él no era tan malo como pensaban... sólo era un hombre jaja 🤷‍♀️😅🤭 en fin, muchas gracias por leer y espero que les guste el capítulo ❤ los leo...x

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