Capítulo 31

2.5K 111 9
                                    

Me subí a la limusina de Calle, pero esta vez me fui hablando con Santiago, la verdad me agradaba hablar con él, hablamos de tantos temas, que por un momento olvide el nerviosismo que sentía porque la vería de nuevo.

-Llegamos al lugar, y en verdad su pent-house parecía más bien una mansión, Santiago me abrió la puerta y me baje, toque el timbre y Calle me recibió con una gran sonrisa y un beso en mis labios, esta vez no me negué ya que extrañaba sentir su calidez.

-Cerro la puerta me tomo de la mano, y me pregunto si quería tomar algo, le pedí un vaso con agua, me lo tome, mientras ella me observaba, sentí nerviosismo ante su mirada, me abrazo por detrás y empezó a dar besos tiernos en el cuello.

-Mi cuerpo reaccionó a su contacto generándome muchos escalofríos, empecé a sentir la humedad en mi centro, cuando ella me pidió que subiéramos a la terraza, el camino que conducía hacia allá, estaba lleno de pétalos de rosas todo se veía espectacular.

-Había una mesa para dos y todo estaba iluminado con velas, era un ambiente romántico, hablo  sacándome de mis pensamientos, amor se que lo que te dije y te hice no se puede olvidar, pero quiero que me perdones y empecemos de nuevo.

-Solo te pido que por favor me perdones, me he dado cuenta que sin ti no valgo nada, que todo esto que tú ves a nuestro alrededor pasa a un segundo plano, lo material no me importa si no tengo con quien disfrutarlo ni compartirlo.

-Vuelvo y te lo repito Poché tú le diste el color a mi vida, si te pierdo volvería a morir lentamente, no me dejes mi amor, no sé qué hice para merecerte, recuerda que te amo nunca dudes de eso, ahí Calle se quebró en llanto.

-Por favor Calle ponte de pie, no hasta que tú me perdones, si tengo que estar toda la noche abrazada a tu cintura y de rodillas lo haré, no Calle no hagas eso, mírame a la cara y ponte de pie por favor.

-Ella se levantó pero escondió su rostro en mi cuello, mi amor perdóname si, mírame Calle, se separó de mí y nos miramos fijamente, te lo repito yo tampoco puede vivir sin ti, te he extrañado demasiado, y lo que me dijiste me dolió mucho.

-Pero estoy dispuesta a perdonarte con una condición, dime mi amor, me dijo Calle animada, que si tenemos algo para decirnos lo hablemos antes de formar una tormenta en un vaso de agua de acuerdo, estoy de acuerdo contigo, eso quiere decir que si me perdonas, Daniela Calle tendrás que trabajar muy fuerte para que te de un sí rotundo.

-Eso no es problema para mí, Poché yo sé cómo convencerte a sí, que piensas hacer, después de que cenemos tu serás mi postre, suena interesante pero tienes que esforzarte mucho, nos sentamos a cenar entre risas besos y coqueteos.

-Nos fuimos para la habitación y Calle tenía en un plato fresas y al lado había una fuente de chocolate, hoy quiero jugar contigo mi amor, me dijo calle de manera coqueta, o sea que en realidad hoy seré tu postre, aun lo dudas la verdad no.

-Empezamos a besarnos con pasión y poco a poco se fue deshaciendo de mi ropa, yo ya estaba perdida en las caricias y los besos de Calle, ella puso a funcionar la fuente de chocolate mientras yo la tentaba comiéndome unas fresas.

Poche no hagas eso por favor, no te gusta mi amor, si me encanta, ella también de despojo de su ropa y ambas estábamos desnudas. Pusimos un plástico encima de la cama ya que no la queríamos ensuciar.

-Calle empezó a poner chocolate sobre mis senos para después lamerlos, yo me sentía en otro planeta al experimentar el contacto de su lengua sobre mi piel y lo que ella hacía conmigo, unto sus labios de chocolate y yo se los devore de manera violenta.

-En ese momento ya la lujuria poseía mi cuerpo, le empecé a untar chocolate sobre su cuerpo, ella también estaba disfrutando del momento, sin darnos cuenta estábamos embarradas de chocolate, mientras nos besábamos y nos perdíamos en las caricias de nuestros cuerpos, nos dábamos placer mutuamente.

-Calle estimulaba con su mano mi centro palpitante, yo por haber comido tanto chocolate me sentía más excitada, Calle bajo y se posó en medio de mis piernas, dejo caer un poco de chocolate en la zona, para después degustarlo con fervor, haciéndome perder la cordura...cambiamos de posición y le hice lo mismo a Calle, sintiendo estremecer su cuerpo haciéndola correr varias veces.

-Nos metimos a la ducha para bañarnos, quedamos totalmente limpias y luego le propuse a Calle que quería entrar al Jacuzzi que estaba en frente de nosotras, me miro divertida y me beso con dulzura, quieres continuar, le respondí con malicia que sí.

-Puso a llenar el jacuzzi y luego entramos en él, me senté a horcajadas sobre ella llenándola de besos por todo lado, empecé a mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás y ambas disfrutábamos de la sensación que sentíamos en nuestros cuerpos perdiéndonos nuevamente en lujuria y placer.


CPonylunatico

BLANCO Y NEGRO - CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora