Capítulo XL

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     Blastoise y Vaporeon fueron quienes nos ayudaron a deshacernos de esos sujetos que intentaban someternos. Hace dos segundos estaban intentando tomarnos por los brazos para atraparnos, pero ahora están luchando para respirar pues las potentes ráfagas de agua les impiden inhalar siquiera un poco de oxígeno.

     Es evidente que no tienen idea de con quién están tratando.

     — ¡Vamos! —exclama Fox, se ha deshecho de cinco enemigos con ayuda de un Voltorb y un Raichu—. ¡Llamaremos más la atención si nos quedamos aquí!

     ¿Y qué si así fuera?

     Lo único que quiero es hacer pagar a la Elite por sus crímenes. Los haré pagar por haberme arrebatado a mi familia.

     —Tú adelántate —le respondo.

     Uno de esos sujetos cae a mis pies. Por todos los medios intenta recuperar el aliento.

     Cómo desearía tener un arma de fuego para…

     —Sheryl.

     Me sobresalto al sentir la mano de Fox sobre mi hombro derecho. Lo fulmino con la mirada y me aparto de él de un tirón.

     —No me toques, Fox.

     —Sé lo que estás pensando.

     — ¿Qué vas a saber tú de lo que yo pienso?

     —Esto no resolverá nada, Sheryl. No la traerá de vuelta.

     ¿Quién se cree que es ese traidor?

     ¿Con qué derecho habla de mi hermana?

     —Sheryl…

     — ¡Déjame tranquila!

     Mis brazos y mi fuerza actúan por sí mismos para darle a Fox un fuerte empujón. Él me mira desconcertado, como si el muy maldito no se lo hubiera esperado nunca.

     ¿En verdad ese idiota pensaba que yo me quedaría con los brazos cruzados?

     — ¿Qué mierda pasa contigo? —reclama—. ¡Somos del mismo bando!

     —Mi memoria no es tan mala como la de loa otros. Recuerdo bien lo que antes hiciste contra mí.

     — ¡No quería hacerlo!

     —Me alegra que los demás se hayan ido. Así, nadie interferirá en lo que tengo planeado

     — ¿Qué?

     Pero antes de que pueda ordenarle algo a Blastoise o a Vaporeon, escuchamos ese sonido a nuestras espaldas que nos obliga a girarnos lentamente.

     —Tú…

     Jay Jason, esa malnacida, ha venido en son de guerra.

     No media palabra alguna con nosotros. Simplemente nos mira con superioridad.

     —Yo me hago cargo.

     Fox me mira confundido.

     —No te dejaré hacerlo.

     —Cierra la maldita boca y lárgate.

     ¿En verdad piensa que me convencerá con sus arranques de valor y galantería?

     Idiota.

     — ¡Que te vayas!

     Fox se retira tras dedicarme una mirada de angustia. Jay Jason no me quita la mirada de encima.

     Lo sé, ha venido por mí.

     Con parsimonia se saca la pesada gabardina negra de la Elite para tener mejor movilidad de su cuerpo. Estira los brazos por encima de la cabeza y se queda quieta, mirándome solamente.

     — ¿Qué haces aquí? —le pregunto, Blastoise y Vaporeon se colocan a mis lados y adoptan posiciones de ataque.

     —La bala que mató a Skyler debió llegar al corazón de Perla. Si no te apartas por cuenta propia y me dejas hacer mi trabajo, entonces tendré que apartarte yo misma.

     Excelente forma de disfrazar sus verdaderas intenciones, lo admito. Pero sea o no sea verdad lo que dice, no permitiré que se acerque a Perla. Así que lanzo una Pokebola de la que sale Omastar listo para atacar. Le dedico una mirada despectiva a Jason y digo con todo el odio que soy capaz de reunir:

     —Sobre mi cadáver.

     Ella libera al mismo Dragalge contra el que el Yvisaur mantuvo su última pelea.

     Es hora de que dé inicio el enfrentamiento final entre esa zorra y yo.

     Lo haré, voy a vencerla.

     Por Perla…

     Y por Skyler.

Pokemon V: La Batalla Contra la EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora