Matemáticamente prohibido...

Capítulo 1: Excursión en la playa.

Parte 1: Terry

…”Iba hacia la escuela, a la excursión. Iba en el auto con Jameson, el chofer de Eleanor. Suspiré. El clima era horroroso…llovía a cántaros y hacía un frío que calaba hasta los huesos, ¿Por qué? Tan sólo por qué era época de invierno en todo Estados Unidos. Resoplé mientras miraba por la ventana “¿A quién se le puede ocurrir ir a la playa con semejante tormenta?” pensé con acritud para mis adentros, con la tormenta que se avecinaba era una locura totalmente demente ir a la playa.

-Llegamos señorita Granchester-dijo Jameson mirando por el retrovisor.

Suspiré.

-Gracias James-le dije sonriendo a medias.

-¿A qué hora debo venir a recogerla el domingo?-preguntó.

-Estaremos de vuelta para eso de las 3:00 pm, pero por si pasa algo, mejor ven a las 3:30 pm o a las 4:00 si así lo prefieres-dije sin mucha emoción.

-Entendido señorita. Qué tenga buen viaje-me dijo sonriente.

-Gracias James, tú también, cuídate mucho-le dije suavemente.

Tomé mi maleta y me puse el gorro de la chaqueta que llevaba y me fui caminando a paso lento bajo el agua, entré a la escuela sin siquiera saludar a la monja que estaba parada en la puerta y avancé entre el pasillo subiendo las escaleras hasta que llegué a mi aula. Alguien se acercó corriendo a abrazarme.

-¡Ay!-me quejé ante el inesperado golpe. Era Annie.

-¡Oh Terry!-dijo está llena de euforia-creí que no vendrías, ¡pero aquí estás! Me alegra mucho que hayas podido venir, con lo amargada que eres.

La fulminé con la mirada.

-Oye gracias…-dije sacándome la capucha de la chaqueta de encima.

Me miró y el rostro se le lleno de clara desaprobación.

-¿Qué no te dije que durmieras Terrunce Isabella Granchester?-dijo llevándose ambas manos a los lados de la cinturas al notar lo amarillento de mis ojos y las enormes ojeras lilas debajo de estos, reprendiéndome y con un gesto desencajado que en lugar de dar miedo daba risa.

Me mordí el labio intentando contener una risita…sabía que eso la haría rabiar.

-Lo siento…-dije con un tono medio juguetón-tuve una pesadilla.

La expresión de pronto me cambió al recordar el horror de la noche anterior, la sangre en el piso, mi vestido manchado de esta y la pila de gente muerta a mis pies. Moví la cabeza intentando desechar aquel pensamiento.

-¿Otra vez esas pesadillas macabras?-preguntó Annie con preocupación.

-Sí, algo así-dije-Annie… ¿Qué rayos haces en short? ¿Qué acaso no tienes frío con el viento que está haciendo?

Enarcó una ceja.

-A mí mi vitalidad me mantiene caliente, a ti en cambio, tu frialdad hace que te enfríes aún más en este clima…-dijo burlona.

Me reí.

-La verdad es que me encanta el clima frío-dije mirando alrededor y viendo a las demás chicas con bikinis y shortcitos-es por eso que me parece una verdadera estupidez que la escuela quiera hacer una maldita excursión a la playa con semejante invierno encima.

Me puso de nuevo la capucha de un tirón alborotándome el pelo.

-Es que no nos vamos a quedar aquí en las frías playas de la península de Olympic-dijo irritada-Nos vamos a la costa de Florida, donde el sol está brillando más que nunca.