Capítulo 2

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6 de enero 2020

Hoy ha comenzado mi aventura en este nuevo mundo e inexistente que era para mí. Hoy he empezado con mi primer cliente y a partir de ahora será siempre así, aunque menos mal que esto no implica que sea siempre sexo, ya que podrán también contratar mis servicios como dama de compañía para asistir a algunos eventos. Eso es lo que más me gusta, que no implique en todas las citas sexo, porque no se como podría reaccionar. He de decir, que estaba muy nerviosa por saber que iba a pasar y por lo que me iba a encontrar. Pero me he llevado una grata experiencia de esta primera vez. Empiezo desde el principio si no me voy a liar así que contaré en primera persona como resultó.

Había amanecido un nuevo día y yo había tenido inumerables pesadillas por enfrentarme a mi nuevo trabajo, poniéndole incansables caras al que sería mi primera cita. Me he dado un baño para poder aplacar mis nervios. Mi apartamento no es que sea muy grande, pero gracias a Dios que tiene dos habitaciones y un baño y un aseo junto a una cocina americana y salón comedor todo junto y diáfano. Me ha costado ponerlo a mi gusto, pero conseguí hipotecarme para comparlo con la parte de la herencia que me dejó mi padre. Ni que decir tiene que mi hermana se lo haya gastado todo en malos vicios y se haya quedado arruinada hasta el punto de deberle dinero a varia gente, por eso me recuerdo día a día que parte de verme metida en este embrollo es para poderla sacar de ese hoyo en el que se ha metido y rescatarla a ella y a ese bebé que crece en su interior.

Después de darme mi ansiado baño, me pongo la ropa interior roja, porque se va acercando la hora y decido comer algo y beber una copa de vino para aplacar mis nervios. No estoy acostumbrada a beber pero es lo que me da la vida para soltarme la lengua y quitar los nervios para estar en un estado de relax y no pensar en nada más. No me malinterpreteis, no voy a ir bebida a la cita, solo quiero tomarme una copa, para no ir tan nerviosa y caerme en redonda nada más pisar el suelo de esa habitación. Aunque no lo veáis, me da mucho respecto tener intimidad en ningún sitio que no sea mi casa.

Después de estar un poco más relajada me pongo un vestido negro de algodón ceñido, que me marca todas las curvas y que me da por la rodilla. No es que tenga un cuerpo escultural, pero gracias a los tacones que me acabo de poner en el mismo color que mi ropa interior, mi figura se ve más esbelta. Algo me dice que si le gusta la ropa interior de color rojo, también le gustarán estos zapatos. Me aplicó bastante maquillaje y me pinto los labios en un intenso rojo, para acabar mi look. Luego peino mis ondas de color rubio, que me llegan casi a la mitad de mi espalda y me pongo un gorro de ala ancha en color negro, para pasar un poco desapercibida por si me cruzo con posibles conocidos. Después de verme en el espejo y de gustarme el resultado, cojo mi bolso de mano. Me echo mi perfume favorito que está a punto de acabarse y cierro la puerta de mi casa, para ir al motel acordado sin mirar atrás, porque sino seguro que me arrepentiré.

Al llegar al motel, entro en el ascensor y le doy a la tercera planta donde seguro encontraré la habitación 305. Después de buscarla en el pasillo por fin la diviso. Veo que fuera hay un cartel que pone no molestar. Meto la llave en la cerradura y al girar el picaporte y entrar me encuentro con la sorpresa que aún no hay nadie en la habitación. Pongo mi bolso en una pequeña mesa que diviso al entrar y me sirvo una copa más del mini bar, porque empiezo a estar de nuevo nerviosa. Al tragarme de golpe su contenido y girarme, veo que hay una pequeña nota escrita pulcramente a mano en la mesilla que hay cerca de la gran cama de dos metros que cubre parte de la estancia. La verdad que para ser un motel, no está nada mal, hasta parece que tiene algo de lujo y todo. Me siento en la cama, para poder leer lo que pone y me quedo impresionada por su contenido.

Bienvenida

Espero que pase una buena velada y que sea inolvidable. Me gustaría que cogiese el antifaz que hay junto a esta nota y que se lo pusiese. Quiero que confíe en mí, sé que no me conoce, pero yo sé cómo satisfacer a una dama. Cuando ya lo tenga puesto, vaya hacia fuera y quite el cartel de no molestar y póngalo junto a esta nota. Después tumbese en la cama y póngase cómoda. La habitación está pagada para todo el día así que siéntase a gusto después para quedarse si así lo desea, o irse en cuanto no sienta ningún movimiento en la habitación, después de haberla dejado satisfecha. Hoy comienza una nueva aventura.

Diario de una Escort (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora