Frases III

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–Si harás cómo creo, solo no me olvides...– ella susurra intentando aguantar las lágrimas que prometió no volver a derramar.

–No lo haré, eres especial para mi. Aunque te cases y tengas hijos, siempre te miraré diferente.–

–¿Diferente cómo?–

–Especial, eres una flor, aunque estés en otro lugar y aunque alguien te haga feliz, yo nunca te veré diferente. Siempre te veré especial y me atrevería a robarte, con tal de repetir nuestra historia; aunque sea por una última vez...– El hombre baja la cabeza y suavemente acaricia su mejilla.

–Yo la repetiría cuantas veces fuera, con tal de que pudiese terminar contigo siempre.– La chica coloca su mano sobre la de él.

–Cien millones de veces por mil, no sé qué sucederá justo ahora, pero no pierdo la fé, por ahora mantengamos la calma y el silencio. Que el tiempo sea quien nos guíe.– La chica levanta su cabeza para darle un último beso, pero éste toma su cara entre sus manos y planta un casto beso en su frente.

–Mi bella y tierna chamaquita.–

-Anne Rosario