tropezando con la misma piedra

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          Pov: Val
Sali de el colegio directo a el antro con Rebeka, no me apetecía mucho ir pero sabía que si iba a casa la única persona allí sería lu, y tampoco tenía muchas ganas de verla, además Rebeka invito a Nadia, sería una buena oportunidad para arreglar las cosas con ella y que llegáramos a un acuerdo para que me siguiera dando tutorías.

El lugar estaba un poco aburrido por ser entre semana había poca gente y el ambiente no era precisamente el más divertido, aproveche que Rebeka fue a el baño para hablar con Nadia, sabía que ella no quería ni verme, pero si ni hacía esto papá me enviaría de vuelta a chile.

-Nadia necesito hablar contigo- suspiro frustrada y me miró con enojo.
- tu y yo no tenemos nada de que hablar, no después de lo que hiciste, se perfectamente que tú grabaste ese vídeo, creí que éramos amigos- me reí sarcasticamente.
- si fuiste tu quien decidió dejar de hablarme, cuando yo lo único que hice fue ayudarte a chantajear a Lucrecia, todos cometemos errores Nadia, el mío fue enamorarme de la persona equivocada, idolatrarla y segarme de lo que en realidad era...- hice una pausa para tomar aire y continue- mi intención no era lastimarte o causarte problemas, creí que nos ayudaba a ambos, yo tendría a lu para mí y tú a Guzmán- espere a que me dijera algo, cuando no lo hizo decidi continuar- me equivoqué con ella, y no sabes cuánto me duele, no solo eso sí no que además perdí a mi amiga- Nadia levanto la cabeza y me miró su expresión ahora mas suave- Si no quieres hablarme más lo entiendo, si quieres decirle a todos la verdad de mi relación con lu también, pero te ruego que me perdones y me sigas ayudando con mis clases, sin ti no podré pasar el año.
Me miró duditativa y sonrio
-vale, te perdono, y te ayudaré con tus clases, ojo que no quiere decir que volvamos a ser amigos te falta mucho para eso- una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro - que va, que no esperaba mas- estiré mi mano hacia ella- tregua?
tomo mi mano y la estrecho
-tregua.

Volví de el antro un poco más temprano que de costumbre, eran las 9 en punto apenas.
Entre en la casa y camine hacia el living, me sorprendió a el ver a Omar ahí con una lu muy dormida en el sillon- hola Omar, y tú qué haces aquí? 
Me miró y dijo -lu me llamo, no se sentía muy bien se tomó toda esa botella de tequila y lloro hasta que se quedó dormida, crees que podrías subirla a su habitación? Ya es tarde y se suponía que llegase temprano- mire en dirección a lu, su rostro cubierto de lágrimas y completamente desmaquillada, se veía como una niña indefensa, frágil, aquella niña que asé años no veia- Si no te preocupes yo me encargo, gracias por quedarte con ella.

Acompañe a Omar a la puerta y regrese a la sala cargue a lu y esta de inmediato acomodó su rostro en el hueco de mi cuello y su mano en mi pecho, una sensación rara se formó en mi estómago, misma que sentía siempre que la miraba o la tenía así de cercas, la ignore y comencé a subir la escalera.

Recosté a lu en su cama y la tape con las cobijas, no pude luchar contra la necesidad de acariciar su mejilla y limpiar las pocas lágrimas ahora casi secas que quedaban en ella. Estiré mi mano y la pasé suavemente por su rostro, lu soltó un pequeño suspiro que me sobresalto, pero no parecía que fuera a despertar pronto. Me arrodille a su lado.
- por qué me haces esto eh?, No tienes idea de lo mucho que yo te quiero, y que sin importar cuanto daño me hagas siempre te voy a querer- la observé un momento la belleza de mi media hermana siempre conseguía dejarme sin aliento
-Pero no volveré a caer en tu juego, no otra vez, te amo si, pero ya no te permitiré tener control alguno sobre mi...., Por qué tu nunca me amaste, para ti siempre fui un juguete que podías manejar a tu gusto y no tienes idea de lo mucho que eso me duele- solté una pequeña lágrima y me acerque un poco mas a lu, lamento avernos expuesto de esa forma, pero era la única forma de que entendieras que las malas acciones tienen consecuencias.
estábamos tan cerca que podía oler su aliento a alcohol, claramente se había pasado de copas, me separé de ella, deposite un beso en su frente y susurré un -buenas noches bonita- antes de salir de la habitación.

No volveré a tropezar con la misma piedra, en este punto mi corazón difícilmente soportaría que Lucrecia volviera a jugar con el de la forma en que lo hacía.

Un poco fuera de lo ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora